Ane URKIRI ANSOLA
ALAVÉS

Una mala noche de viernes la tiene cualquiera

Nadie hasta la fecha había conseguido marcar cuatro goles al Glorioso y fue la mayor goleada del Getafe.

GETAFE 4

ALAVÉS 0


Ya en la rueda de prensa previa al partido Abelardo presagió que el inicio del encuentro iba a ser exigente. Y no se equivocaba al remarcar uno de las virtudes del rival puesto que en los primeros diez minutos le ocasionó hasta dos oportunidades claras de gol –además de provocar el primer saque de esquina en el primer minuto–.

Antunes, que ayer estrenaba posición de extremo, se vio solo ante el portero en dos ocasiones gracias a sendos pases filtrados entre los defensas. Y eso que Maripán gritaba «¡Vamos fuertes!» en el túnel de vestuarios. Pero, para más inri, el que aupaba la fortaleza estuvo desacertado a la hora de despejar un centro lateral y estuvo implicado en la pena máxima. El chileno, que ayer estrenaba pareja en el eje central (Ximo Navarro), no despejó de primeras y, para cuando quiso solucionar el error, Cristóforo ya le había ganado la partida.

Mata acertó desde los once metros y los albiazules se preparaban para otra remontada que no llegaría. Porque ayer todo fallaba en el seno albiazul. Ya antes del 1-0 apenas pudo hilvanar contragolpes exitosos –Calleri y Sobrino se quedaron sin una asistencia clara– y esa opción se diluvió en cuanto el Getafe abrió el marcador. Calleri, a pesar de la insistencia, lo único claro que se llevaba era los golpes y el paso por los vestuarios era la única esperanza viva del Glorioso.

Negados en defensa

Pero incluso lo que anteriormente funcionaba, ayer no tenía remedio. Molina amplió la ventaja con un auténtico golazo nada más comenzar la segunda mitad. Uno de esos goles que no se le puede achacar a nadie. Aplaudir y nada más. Pero lo que sí se puede achacar es la manera de defender la acción que originó el tercer gol. Mata controló en el área sin complicaciones un saque de banda de Cabrera para asistir a un Molina que se paseaba sin marca.

Como también es preocupante cómo remató el propio Jaime Mata un centro corto de una falta lateral en el minuto 88 para lograr la mayor goleada del Getafe este curso, así como la peor derrota del Alavés. La ausencia de Laguardia fue grandiosa.

Una mala noche la tiene cualquiera, también el equipo revelación. Dentro de nueve días tiene la ocasión de curar la herida.