El pasado 15 de enero, el Gobierno de Iñigo Urkullu aprobó el decreto de «creación de la Mesa de Diálogo Social» entre las críticas de los sindicatos ELA y LAB, que llevan años sin participar en ese foro por entender que el actual modelo de concertación social prioriza las políticas de la patronal.

Las centrales abertzales reiteraron ayer su decisión de no acudir a la mesa mediante sendas notas de prensa. ELA señaló que este organismo «está vacío de contenido» y denunció que el decreto que lo institucionaliza «impone unas reglas de juego antidemocráticas» y «no respeta» las mayorías sindicales, puesto que basta con «una minoría absoluta» de la parte sindical «para dar validez a los acuerdos de la mesa».

Según el decreto, aunque los acuerdos de la Mesa de Diálogo se adoptarán por unanimidad «con carácter general», podrán salir adelante con el apoyo del Ejecutivo, de la patronal y de algún sindicato, sin que sea necesario que todas las centrales estén de acuerdo.

LAB, por su parte, recordó que en su día solicitó la retirada del decreto «porque no tiene como objeto garantizar unas condiciones laborales dignas».

«El objetivo del diálogo social instaurado en la CAV es la de seguir legitimando las políticas patronales y las políticas públicas del Gobierno Vasco», subrayó. LAB coincidió con ELA al señalar que construir un marco de diálogo con la minoría sindical supone «no respetar las reglas básicas del juego».