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CARACAS

Rusia advierte a EEUU contra el uso de la fuerza en Venezuela

Rusia advirtió a EEUU contra la injerencia y el uso de la fuerza en Venezuela, a la vez que propuso consultas en la ONU. Por su parte, Caracas denunció ante Naciones Unidas la indiferencia en este organismo ante «un intento abierto y directo» de golpe de Estado por parte de EEUU. El ministro de Exteriores, Jorge Arreaza, reiteró la oferta de diálogo a la oposición con cualquier mecanismo y sin condiciones. Mientras, en Caracas se vivió otro pulso de movilizaciones.

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, advirtió ayer a su homólogo estadounidense, Mike Pompeo, contra cualquier injerencia en los asuntos internos de Venezuela, «incluido el uso de la fuerza, con el que amenaza Washington en violación del Derecho Internacional».

En una conversación telefónica, Lavrov trasladó además a Pompeo que el Kremlin está dispuesto a «celebrar consultas sobre Venezuela en el marco de la Carta de Naciones Unidas».

Precisamente en la ONU, el ministro venezolano de Exteriores, Jorge Arreaza, reiteró la disposición del Gobierno venezolano a dialogar con la oposición. «Sentémonos con el mecanismo de Montevideo, con el mecanismo de Caracas, como quieran», señaló. En una mesa de negociación todas las opciones se evaluarían. Nosotros no ponemos condiciones», añadió, a la vez que dijo esperar que la oposición se independice pronto de EEUU. Hasta ahora, los líderes opositores han rechazado cualquier oferta de diálogo.

Por su parte, el portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró que la ONU quiere una solución dialogada y que Guterres está dispuesto a apoyar un mecanismo de diálogo.

«En Venezuela no hay una crisis humanitaria, hay una economía bloqueada y asediada. (...) Ya basta de tanta mentira», afirmó por otro lado, Arreaza, que acusó a EEUU de liderar el golpe de manera directa y abierta y criticó la falta de reacción de Naciones Unidas. «Puede pasar cualquier cosa, y no hay reacción» por parte de la ONU, afirmó el ministro, que se mostró muy crítico con el respaldo dado por varios Estados miembros de la UE al opositor Juan Guaidó, autoproclamado presidente. Mientras, en las calles de Venezuela se volvió a vivir un nuevo pulso de movilizaciones chavistas y opositoras. En el día de la Juventud, que recuerda a uno de los líderes de la lucha por la independencia venezolana, una multitud participó en una marcha en el centro de Caracas para rechazar la «intervención imperialista» y defender la soberanía de Venezuela. A la vez, miles de personas, convocadas por Guaidó, marcharon para exigir a las Fuerza Armadas no bloquear la «ayuda» estadounidense, que el Gobierno considera la puerta a una intervención militar. Guaidó anunció que la ayuda comenzará a entrar al país el 23 de febrero acompañada de «movilizaciones y protestas».

Italia pide nuevas elecciones pero no reconoce a Guaidó

La delegación de la oposición que viajó a Italia para cambiar la postura de este país sobre Venezuela esperaba ayer el reconocimiento oficial de Juan Guaidó como «presidente», pero el Gobierno italiano subrayó que «existen graves riesgos y hay que prevenir que se llegue a la guerra civil». El ministro de Exteriores, Enzo Moavero, pidió «lo antes posible nuevas elecciones presidenciales, libres transparentes y que se celebren en condiciones de democracia y justicia» y abogó por «favorecer el dialogo y reconciliación nacional». Moavero recordó que Roma considera que las elecciones de 2018 «no atribuyen legitimidad democrática» al ganador, Nicolás Maduro. La delegación lo agradeció pero admitió su malestar. En un tono de mitin político que fue recriminado por algunos periodistas, uno de sus miembros, Rodrigo Diamantis, dijo que «no es momento para la neutralidad. (...) No se puede permitir más que el Gobierno italiano no apoye la única esperanza que tenemos para esta transición que llevará finalmente a nuestra libertad». El propio Guaidó mostró su desconcierto en una carta publicada en medios italianos. En la Eurocámara, el presidente italiano, Giuseppe Conte, advirtió de los riesgos de «entronizar» a quien no ha sido elegido en unas elecciones libres y democráticas, lo que «puede radicalizar» la situación, «como ha pasado otras veces, que ha salido el tiro por la culata».GARA