El Ibex se quedó, por segunda sesión consecutiva, al filo de los 9.000 puntos, nivel sicológico que actúa como verdadero muro. Terminó plano, con 8.982,40 puntos, solo un 0,01% por debajo del cierre anterior. En el resto de las plazas europeas se imponían las subidas: Londres se anotaba un 0,81%, Fráncfort, un 0,37%, y París, un 0,35%.

El aparente giro positivo del clima en las negociaciones entre Estados Unidos y China para resolver sus diferencias en elcomercio bilateral, así como el acuerdo de los congresistas para evitar un nuevo cierre del Gobierno federal, habían empujado con fuerza las cotizaciones en Wall Street, donde los índices principales cerraban el martes con ganancias superiores al 1%. Pero el Ibex no se daba por enterado en la apertura, con los inversores pendientes del posible adelanto electoral si se rechazaban en el Congreso español, como sucedió, los presupuestos generales del Gobierno de Pedro Sánchez. En este contexto, se movió a lo largo del día sin una dirección estable, dando la espalda a los avances de los mercados europeos y las ganancias de Nueva York.

Por otro lado, el frenazo de la economía a este lado del Atlántico se hacía ayer un poco más evidente con la fuerte caída de la producción industrial en diciembre, que baja un 4,2% en tasa interanual para la eurozona y un 2,7% para la Unión Europea.

En el Ibex, todo el sector energético sufría un cortocircuito. Se destacaba Red Eléctrica, que se dejó un 1,64% tras la compra de Hispasat. También hubo caídas en Naturgy (-2,39%), Enagás (-1,18%), Endesa (-1%) e Iberdrola (-0,47%). De los grandes, cerraron en rojo BBVA (-1,92%) e Inditex (-0,20%). Los títulos de ArcelorMittal (+3,75%) y Acerinox (+3,51%) encabezaron las subidas del índice.