Natxo MATXIN
OSASUNA

El elástico tobillo de Roberto Torres permite sumar sobre la campana

Los rojillos firmaron una primera parte repleta de ocasiones, pero encajaron a balón parado, en una falta lateral. Paradójicamente, jugaron sensiblemente peor tras el descanso, si bien acertaron a empatar en el 94 con un gran disparo del centrocampista de Arre.

NUMANCIA 1

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Buscaba Osasuna en Los Pajaritos el liderato en solitario, pero se tuvo que conformar con un punto in extremis, gracias al elástico tobillo derecho de Roberto Torres. Al filo del pitido final –corría el último minuto de añadido, el 94–, el futbolista de Arre golpeó un balón complicado de dirigir, pero que salió raso, pegó en el poste y acabó besando las redes.

Paradójicamente, el empate in extremis llegó con una escuadra navarra desesperada, que ya se veía derrotada, y que no había sabido desenvolverse en la segunda mitad. Tras el descanso, los de Jagoba Arrasate perdieron frescura y fluidez, a la par que el Numancia ganaba en anticipación en duelos y balones divididos y, sobre todo, en circulación de la pelota, mientras a los rojillos les tocada correr detrás de ella sin generar apenas ocasiones.

Una imagen muy diferente a la que se vio en la primera mitad, acorde a las prestaciones ofrecidas por el equipo en los últimos desplazamientos a Almería y Gijón. Hasta en nueve ocasiones llegó con peligro a las inmediaciones de Juan Carlos durante esos iniciales cuarenta y cinco minutos, con un zurdazo del omnipresente Torres al palo y un cuero sacado bajo palos por el guardameta numantino como oportunidades visitantes más claras.

El problema es que Osasuna no solo no materializó esos lances, sino que encajó después de mantener durante cuatro jornadas consecutivas la portería a cero. Fue a balón parado, en una falta lateral que la zaga rojilla no despejó con la suficiente fuerza, lo que provocó que Diamanka –ahora mismo uno de los jugadores destacados del Numancia– pudiese rematar hasta en dos ocasiones, encontrando primero una buena respuesta de Rubén Martínez, pero no así en el misil de la segunda.

Otro gesto individual

Pese al inesperado contratiempo, la fe que este grupo tiene en su capacidad futbolística no hizo variar un ápice su dinámica de llegar con criterio al área rival e incluso el 1-0 acrecentó la intensidad de las aproximaciones, pero sin resultado material alguno, en lo que parecía iba a resultar un día aciago de cara al marco contrario.

Además, las sensaciones de rascar algo se fueron nublando tras el paso por vestuarios, con un Osasuna sensiblemente más atascado e incapaz de saltar las líneas que le planteaban unos anfitriones precisos en la combinación y preparados para asestar el golpe mortal que finiquitase el choque. No lo lograron y los rojillos, a trancas y barrancas, llegaron vivos al último tramo del envite, en el que de nuevo un gesto individual les sacó del atolladero.

Casi la mitad del campo ocupado por hinchas navarros

Increíble la respuesta de los aficionados rojillos desplazándose en masa hasta Soria para vivir en situ el encuentro entre la escuadra numantina y Osasuna. Al final, se calculó que unos 2.500 seguidores navarros estuvieron en las gradas de Los Pajaritos, tras conseguir más entradas vía taquillas del estadio.

«Con esta afición teníamos que intentarlo y ha llegado la recompensa en la última acción. Hay que darles las gracias porque, sin ellos, somos más flojos, pero con ellos, más fuertes. Creo que se ha vivido una hermandad en las gradas, que es lo bonito del fútbol», apuntó el técnico, Jagoba Arrasate.

«Hemos hecho un gran primer tiempo y jugado en el campo rival, incomodando muchísimo al Numancia, pero, caprichos del fútbol, nos hemos ido perdiendo 1-0. En la segunda parte nos hemos hecho más largos y el Numancia ha demostrado el fútbol control que tiene. La recompensa ha llegado en la última acción, no creo que sea cuestión de suerte», señaló.

La plantilla guarda descanso hoy y retomará el trabajo mañana para preparar el duelo del sábado contra el Zaragoza, en el que podría lograr el noveno triunfo casero seguido. N.M.