A l Ibex se le atragantaron los 9.000 la semana pasada, si bien finalmente pudo superarlos y colocarse en disposición de marcar nuevos máximos anuales. Pero ayer, tras lograr franquearlos brevemente al llegar hasta los 9.187 puntos, se vino abajo para conformarse con poner a salvo los 9.100. Finalmente, fijó su último cambio en 9.136,40 puntos, después de bajar un 0,21%. El resto de plazas europeas también se vistió de rojo. Londres, el peor, cedía un 0,56%; París, un 0,16%; Fráncfort, un 0,09%, y Milán, un 0,50%.

La sesión contó con pocos alicientes para sustentar el ataque a los máximos anuales. En el plano macroeconómico, se volvía a poner de manifiesto la escasa confianza de los inversores en Alemania, de acuerdo al índice ZEW. Aunque cayó en febrero menos de lo previsto, la percepción de la economía y su futuro sigue siendo muy negativo. Pasó de los -15 puntos hasta -13,4.

Al otro lado del Atlántico, el temor a la desaceleración se veía amortiguado con la firmeza de la confianza de los constructores de nuevas viviendas, medida por el índice NAHB. En febrero llega hasta los 62 puntos, por encima de los 59 previstos.

Los inversores tienen presente las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, que podrían terminar siendo un trampolín para las cotizaciones si se plasma el acuerdo, o un serio golpe a los índices mundiales por sus efectos sobre el crecimiento de terminar en fracaso.

En el Ibex, los títulos de Cie Automotive (-3,02%) y ArcelorMittal (-1,29%) encabezaron las pérdidas de la jornada, frente a las subidas de Bankia (+1,05%) y Mapfre (+0,74%). Por su parte, BBVA restó un 0,73% tras reconocer que su inversión en el banco turco Garanti le supone un deterioro de hasta 1.500 millones de euros.