Venezuela retomaba ayer la normalidad de su situación de crisis una vez superado el apagón iniciado una semana antes. El Gobierno venezolano anunció el miércoles por la noche que se había restablecido totalmente el servicio eléctrico en el país y que el 80 % del territorio ya recibía agua potable, por lo que ayer se reanudaron las actividades laborales que estaban suspendidas desde el viernes y la población procuraba retomar sus hábitos.

Así, la gran mayoría de los venezolanos amaneció con luz en sus hogares tras una oscuridad que se prolongó al menos 72 horas, en el caso de los más afortunados, y cinco días completos para los más perjudicados.

El ministro de Petróleo de Venezuela, Manuel Quevedo, confirmó, por su parte, la explosión el miércoles de dos tanques de almacenamiento de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) situados en una de las instalaciones de la Faja Petrolífera del Orinoco, la mayor reserva de crudo del mundo. Pertenecientes, en concreto, a la compañía Petro San Félix, ubicada en el estado Anzoátegui (este).

Quevedo, que también es presidente de Pdvsa, aseguró que el ataque busca «afectar la producción petrolera» del país y acusó directamente al senador estadounidense Marco Rubio, contrario a Nicolás Maduro, y al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, por estas «incursiones terroristas en contra» de la estatal petrolera.