Cada vez es más habitual ver a los más pequeños pegados a una pantalla, mayoritariamente los teléfonos móviles que también se ha convertido en un apéndice de muchos adultos. Como alternativa para entretenerlos fuera de casa, Ruth Guerrero, María Fernández y Naiara Portuondo han creado Kietoparao, unos kit de juegos para llevar. Salieron al mercado en diciembre, y a sus creadoras no les faltan ideas ni retos con los que seguir avanzando.

Las tres emprendedoras tienen varios proyectos en la mochila, algunos en el sector digital. Compartían visión y necesidad. Por una parte, la preocupación por la falta de educación en el uso responsable de las tecnologías, conscientes de que «están aquí para quedarse». Fernández, directora general de la iniciativa, apunta que «en bares o restaurantes, donde los padres vamos a hacer vida social, no puedes aislar a tu hijo con el teléfono». Al no querer recurrir a él, compró varios juegos pequeños, pero juntos, ocupaban mucho. Todo eso evolucionó hace un año en Kietoparao. Un kit con una docena de juegos en 18cm x 12,5cm y 200 gramos.

Estos meses han dado forma al proyecto siguiendo la metodología lean startup, que en pocas palabras significa crear un mínimo producto viable lo antes posible, sacar un número reducido al mercado para testearlo, mejorarlo y volver a lanzarlo. De sus experiencias previas dicen que han aprendido a ser versátiles y a tener cintura. «Nos hemos arriesgado mucho con nuestras empresas anteriores y creemos que todo eso que hemos aprendido todos estos años de sacrificio y esfuerzo nos esta ayudando a coger atajos. Llegamos a este proyecto con las ideas muy claras. Sabemos bien lo que queremos y en muchas ocasiones, las herramientas para seguir», reconoce la responsable.

Acaban de constituirse como empresa. Ahora que están en marcha, tratarán de acceder a ayudas públicas, una herramienta que conocen y valoran. La directora reconoce que «siempre me he sentido privilegiada y apoyada por todas las instituciones. Diputación, Beaz, Bilbao Ekintza…». Pertenece a MET Community, una asociación de profesionales que quieren contribuir al emprendimiento femenino, vinculada a la Universidad de Deusto. Gracias a esa relación, la sede de Kietoparao está en la incubadora DeustoKabi de Bilbao, y podrán colaborar con los departamentos de la universidad.

Adaptado al día a día

Tienen tres kits de juegos: mini, medium y original. Su precio va desde los 13,95€ a los 39,95€, y se diferencian en el número de elementos que incluyen. Son juegos clásicos, para mayores de 4 años, con los que desarrollar la visión espacial, la memoria, el cálculo o las habilidades artísticas. Admiten que no han inventado nada, sino que lo han adaptado al día a día actual. Cada elemento tiene más de un uso; por ejemplo, una única baraja sirve para tres juegos o se puede jugar a las diferencias con las fichas dobles del dominó. Los diseños son propios y utilizan materiales libres de plástico. Emplean madera y tela reciclada de botellas de plástico, «es una manera indirecta de concienciar». Además, en su web ofrecen pasatiempos descargables de forma gratuita para incluir en los kits.

Kietoparao llevan poco en el mercado con una respuesta muy positiva. La responsable recuerda que en el lanzamiento mandaron un mensaje a sus amigos y se viralizó. «Vimos que la gente está realmente preocupada y no tiene una alternativa». Se están dando a conocer con el «pantalla a pantalla», el boca a boca digital; clientes que muestran los productos en las redes sociales. Venden online y en algunas tiendas físicas a las que están llegando poco a poco. Sus clientes son tanto el usuario final como bares y restaurantes: «Son nuestro océano azul, donde está realmente la necesidad, ya que es donde quieres tenerlos tranquilos». En el caso de los establecimientos hosteleros buscan distribuidores con los que aliarse.

Una línea de materiales para tiendas-taller, un sistema de suscripción con el que recibir periódicamente nuevos juegos a cambio de una cuota, comenzar a trabajar en el montaje con Lantegi Batuak... Como cualquier proyecto que comienza, tienen muchas ideas que abordar, pero con objetivos claros. A corto-medio plazo, aspiran a asentarse en el mercado estatal y planean internacionalizarse. En una primera fase,se dirigirán a Europa, tal vez de la mano con la plataforma de crowdfunding Kickstarter.