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El Polisario critica que Rabat descarte la consulta y no dé alternativas a la autonomía

El Polisario lamenta que Marruecos, enrocado en su negativa al referéndum en el Sahara, no ofrezca alternativas que no sean la autonomía. Ayer concluyeron dos días de reuniones que han confirmado sus posturas «profundamente divergentes», aunque habrá más contactos.

El Gobierno de Marruecos y el Frente Polisario finalizaron ayer la segunda ronda de negociaciones sobre el Sahara Occidental, tres meses después de una primera que puso fin a seis años de parálisis diplomática y significó el inicio de un nuevo proceso, y aunque mantuvieron posiciones divergentes, acordaron con la ONU seguir dialogando.

En su comunicado conjunto, afirmaron haber mantenido «discusiones en profundidad sobre cómo alcanzar una solución política mutuamente a aceptable a la cuestión del Sahara Occidental, que sea realista, practicable, duradera y basada en el compromiso». Esas condiciones deben hacer posible la libre determinación del pueblo de esa región, agregaron en ese texto, que no menciona por su nombre al pueblo saharaui.

Pero como señaló el enviado especial de la ONU para el Sahara Occidental y facilitador de estas negociaciones, Horst Köhler, ambas partes mantienen posiciones «profundamente divergentes», que aunque parecen insalvables, «no son una sorpre- sa». «Se sabía que no es y que no será fácil», dijo.

Marruecos se plantó ayer en su posición de rechazo a la posibilidad de un referéndum para que los saharauis ejerzan su derecho a la libre determinación. El ministro de Exteriores y jefe de la delegación marroquí, Nasser Burita, dijo que las resoluciones de la ONU evocan la libre determinación «y no un referéndum» y que para cumplir con ese principio su Gobierno propone una autonomía. «Marruecos no lo aceptará, como tampoco aceptará la independencia, punto final», enfatizó.

Su interlocutor, el Frente Polisario, lamentó que «el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui sea un tema secundario» para Rabat, al que criticó por no ofrecer ninguna alternativa creíble que no sea la autonomía para la región. El jefe de la delegación y presidente del Parlamento saharaui, Khatri Addouh, sostuvo que la solución de la que habla la ONU debe ser una «que reconozca al pueblo saharaui su derecho a la autodeterminación con plena libertad y sin condiciones previas».

El resultado para Köhler más significativo es que las partes aceptaron volver a reunirse en una fecha que él fijará y que estará influenciada por la decisión que el Consejo de Seguridad de la ONU tome antes del 30 de abril sobre la extensión –seis meses o un año– del mandato de la Misión de la ONU para el Sahara Occidental (Minurso).