zMikel INSAUSTI
CRÍTICA «El niño que pudo ser rey»

Lecciones del ciclo artúrico para la era del Brexit

Aveces se hace necesario simplificar un poco el caos multigenérico de una película actual, por lo que nos quedaremos con lo esencial en “El niño que pudo ser rey” (2019), porque ante todo y sobre todas las cosas se trata de una cinta de aventuras. En ese sentido, Joe Cornish ha hecho muy bien al invocar el título del gran clásico del género “El hombre que pudo reinar” (1975), dejando a un lado la acumulación de referencias que no nos llevarían por el buen camino, y que son cuantas tienen que ver con la variante adolescente introducida en aquel viejo enunciado de John Huston.

Y en ese afán de no irnos por las ramas, creo que puede bastar con citar el anterior trabajo del guionista Joe Cornish en la dirección, que fue “Attack the Block” (2011), donde ya manifestaba su interés por fantasear con una juventud impelida a salvar Gran Bretaña de peligros exteriores.

Y el elegido para esa misión no es de clase alta, más bien todo lo contrario, un escolar de barrio cuyas preocupaciones son el bullying y la desestructuración familiar. El pequeño antihéroe es interpretado por Louis Ashbourne Serkis, hijo del mismísimo Andy Serkis, lo cual en sí mismo ya es toda una declaración de intenciones.

El prota y su amigo de origen indio, además de la pareja de acosaderos escolares, y un rejuvenecido para la ocasión Merlín, unen fuerzas en un ejemplo de esfuerzo colectivo antiBrexit. Entre prueba y prueba, si es que la hechicera Morgana les da un respiro, las aulas se convierten en un buen lugar para reflexionar sobre las posibles enseñanzas de los códigos caballerescos en los tiempos que corren. Sigan o no vigentes, en última instancia es cuestión de vivir una experiencia inmersiva, la que a la antigua usanza permite al espectador menor de edad identificarse con las figuras legendarias del ciclo artúrico, más allá de las miserias coyunturales y de la realidad preapocalíptica.