Joseba ITURRIA
DONOSTIA
DERBI GUIPUZCOANO EN ANOETA

El Eibar mereció más que la Real

Real Sociedad y Eibar empataron en un derbi guipuzcoano de Anoeta condicionado por el tempranero gol de Juanmi a los once segundos, que llevó a los blanquiazules a jugar la mayor parte del partido en su campo con la ventaja y a los azulgranas a acaparar la posesión de balón, a someter a su rival y a tener ocasiones para remontar. Realizó diecisiete remates por tres de la Real, pero el empate tardó en llegar hasta que Jordán marcó de falta directa en el minuto 84.

REAL SOCIEDAD 1

SOC. DEP. EIBAR 1


La Real y el Eibar sumaron un punto que hasta Imanol consideró como bueno para su equipo, aunque dificulta aún más hablar de opciones europeas tras sumar una sola victoria en las últimas ocho jornadas y completar uno de los peores partidos de la temporada ante un rival que fue mucho mejor.

Imanol se decantó, como ante el Betis, por una alineación muy joven con siete canteranos y con una media de edad de 23,09 años y con el primer partido de inicio de Ander Barrenetxea a sus 17. También volvió Aihen Muñoz en el lateral izquierdo.

El partido parecía que comenzaba bien para la Real porque en once segundos fue capaz de igualar el gol más tempranero de su historia marcado por Skoubo ante el Valencia en 2006. Pero casi fue contraproducente para los blanquiazules por el momento y por la forma en la que llegó. Sin tocar el balón ningún jugador del Eibar, la Real sacó de centro, Diego Llorente envió un balón largo y Juanmi superó a Dmitrovic con un balón picado en una acción directa en la que Oyarzabal peleó la disputa aérea y el balón quedó suelto para el malagueño, que hizo la pared con Luca Sangalli y marcó su cuarto gol de la temporada.

Ese tanto hizo que la Real cometiera dos errores, el de jugar con el marcador a favor y creer que un juego más directo, como ante el Betis, era el mejor camino para buscar la portería del Eibar y se olvidó del fútbol que mejor le va, controlar el partido lejos de su portería. Cuando se esperaba que el equipo donostiarra jugara con el balón en el campo rival, sucedió todo lo contrario. El Eibar no solo tuvo el 63% de la posesión, además lo jugó en terreno de los locales.

La Real quería buscar el contraataque y por eso Imanol mantuvo todo el partido a Juanmi como delantero centro para buscar sus movimientos al espacio, pero además del gol solo protagonizó una jugada de peligro en la que superó a Dmitrovic y Barrenetxea no pudo enviar el balón a la portería. En lo único que ganó la Real fue en los fueras de juego por este intento de buscar los espacios, siete por ninguno del Eibar.

Esas dos opciones de Juanmi y un cabezazo tímido de Aritz Elustondo a las manos del portero eibarrés en el último minuto fueron todo lo que ofreció la Real en un pobre primer tiempo en el que el Eibar fue mejor, pero lo peor para los locales es que también eso fue lo que generó sin caer en fuera de juego en todo el partido, en el que no llegó a lanzar ningún corner.

Segundo tiempo monocolor

Porque el Eibar fue mejor en el primer tiempo, pero solo tuvo dos remates sin mayor peligro de Cardona y De Blasis pudo ver su segunda tarjeta en un lance aéreo con Mikel Oyarzabal más peligroso que uno anterior en el que sí fue amonestado Diego Llorente. Pero en la segunda mitad la superioridad azulgrana fue mayor todavía y además generó mucho peligro.

Imanol no cambió la forma de jugar y no quiso dar entrada a Jon Bautista para ofrecer otro tipo de referencia cuando su equipo era incapaz de salir de su campo y tener el balón. Y no solo insistió con Juanmi como delantero centro, dio entrada enseguida a Sandro para que aumentara sus minutos sin marcar y su estadística negativa de partidos en los que está en el campo y su equipo no gana.

Tras este cambio empezaron a llegar las mejores ocasiones del Eibar con dos remates de Sergi Enrich y Escalante al poste que llevaron a los aficionados de Anoeta a pitar a sus jugadores. Imanol reaccionó con la entrada de Pardo por Sangalli para buscar más control del balón, pero tampoco tuvo efectos positivos y el Eibar siguió con su acoso a la portería de una Real que era incapaz de salir de su campo.

Fruto de ese dominio llegó una vaselina de Cucurella que superó a Rulli, pero no encontró la portería, y la falta que Joan Jordán envió de manera magistral por encima de la barrera a donde no podía llegar el argentino. El Eibar no tuvo precisión, solo envió dos de sus diecisiete remates entre los tres palos, pero la Real no podía ganar un partido con semejante balance.

Por eso lo mejor del derbi para un equipo muy mermado por las bajas fue el empate, aunque ese punto no le sirve para acercarse a la sexta plaza, el Valencia está a ocho puntos y el average, y a la séptima, que sigue a cinco tras la victoria del Athletic cuando quedan 18 por disputarse. Pero más importante que mirar a Europa es pensar ya en la próxima temporada y en acabar lo mejor posible.