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La junta militar de Sudán pide un primer ministro de consenso

La junta militar que gobierna Sudán desde el derrocamiento del presidente Omar al-Bashir pidió ayer a todas las fuerzas políticas que presenten sus propuestas y condiciones respecto a la etapa de transición, incluido un candidato de consenso «independiente» para que sea el nuevo primer ministro del país, y que se pongan también de acuerdo en un Gobierno civil, la principal exigencia de los manifestantes, que mantienen la presión en las calles.

Cuatro días después del derrocamiento del Omar al-Bashir tras 30 años en el poder, miles de sudaneses seguían ayer acampados frente al cuartel general del Ejército en Jartum, para exigir que el nuevo Consejo Militar de Transición que entregue el poder a un Ejecutivo civil.

«Seguiremos organizando sentadas hasta que cumplan nuestras demandas», afirmó Omar el-Digeir, uno de los líderes de la Alianza para la Libertad y el Cambio (ALC), la punta de lanza del movimiento de protesta que sacude el país desde el 19 de diciembre.

El Consejo Militar de Transición, que tiene las riendas del país, parecía estar de acuerdo con los manifestantes. «Queremos establecer un estado civil basado en la libertad, la justicia y la democracia», aseguró el general Yasser al-Ata, miembro del Consejo, durante la reunión con los partidos políticos en Jartum, a los que pidió que presenten por escrito en siete días sus «sugerencias y puntos de vista» respecto a la etapa de transición.

La junta militar solicitó que en esas propuestas incluyan las «condiciones y características que debe tener el primer ministro» y expresó su deseo de que las fuerzas políticas acuerden una figura de consenso «patriótica e independiente». También tendrán que presentar por escrito sus condiciones sobre el Gobierno civil, que se formará durante la etapa transitoria, super- visada por la junta y que los militares han establecido que dure un máximo de dos años.

Según el comunicado emitido por el Consejo Militar tras la reunión, las fuerzas políticas también fueron consultadas sobre la duración del periodo transitorio, ya que algunos sectores rechazan que el traspaso del poder definitivo a una autoridad civil se extienda hasta dos años.

El jefe del comité político del Consejo Militar, el general Omar Zein al-Abidin, les transmitió durante el encuentro que la misión principal del organismo es «preparar las condiciones para que todas las facciones políticas puedan competir en un ambiente transparente sin excluir a nadie», y aseguró que la junta «no desea el poder y que sólo ha intervenido por su deseo de seguridad y estabilidad».

Mantener la soberanía

Poco antes, el Ministerio de Exteriores había pedido a la comunidad internacional que «apoye al Consejo Militar de Transición (...) para responder a la voluntad del pueblo sudanés de lograr una transición democrática». Aseguró que el general Abdelfatah al-Burhan, jefe del nuevo Ejército y hombre fuerte en el país, se ha «comprometido a establecer un Gobierno totalmente civil», pero sin especificar cuándo. «El papel del Consejo Militar será mantener la soberanía del país», agregó.

El general Al-Burhan prometió «eliminar las raíces» del régimen de Al-Bashir, reclamado desde 2009 por el Tribunal Penal Internacional de La Haya por crímenes de guerra y contra la Humanidad y por genocidio en Darfur, y, entre otras medidas, se comprometió a juzgar a los responsables de las muertes de manifestantes.

Poco antes, el Consejo Militar había anunciado la renuncia de Salah Abdallah Qush, conocido como «Salah Gosh,» el tan temido jefe del servicio de Inteligencia y Seguridad (NISS).

El Consejo Militar, sin embargo, tiene entre sus diez miembros varios pilares del régimen de Al-Bashir, incluidos el jefe de la Policía, el subjefe del NISS y Mohamad Hamdan Daglo, jefe de las operaciones paramilitares de la Fuerza de Apoyo Rápido, acusado de violaciones de derechos humanos en Darfur.

Amnistía Internacional pidió a las autoridades desvelar el lugar donde se encuentra Al-Bashir, de 75 años, y entregarlo al Tribunal Penal Internacional. La junta militar, que rechazó su entrega, informó de que sigue en arresto domiciliario en Jartum.

 

Nombrado el nuevo jefe de Inteligencia a pesar de la oposición

La junta militar designó ayer al general Abu Bakr Dambalab como nuevo director del poderoso aparato de Seguridad e Inteligencia (NISS), que la oposición pide que sea desmantelado por completo. El sucesor de Saleh Abdalah Qush, responsable de la represión de la protesta que renunció el viernes, dirigió varios departamentos del NISS, incluidos los servicios secretos exteriores, tras haber ocupado un cargo en de Exteriores y haber sido cónsul en El Cairo. GARA