Amaia U. LASAGABASTER

Un punto que satisface a medias

El Eibar alcanza los 40 puntos pese a que no pudo con las estadísticas. Han pasado 190 días, más de seis meses, desde su última victoria a domicilio y sigue sin poder celebrar el triunfo en Anoeta. Pero firmó un buen partido, con una segunda parte brillante, para rescatar un punto en un partido que se le puso cuesta arriba cuando casi no había saltado al campo y que afrontó con media docena de bajas, concentradas en defensa y que incluían a cuatro futbolistas fijos en el once.

Ausencias a las que José Luis Mendilibar hizo frente como cabía prever, con De Blasis en el lateral derecho y Sergio Álvarez en el centro de la defensa. Aunque la cosa no pudo irles peor de inicio, con un gol a los once segundos en el que acertó la Real pero también fallaron los azulgranas que no llegaron a tocar el balón, tanto ellos como sus compañeros de línea se recompusieron, que no es poco. Aprovechando un partido plácido en su parcela a partir de ahí el asturiano, asentándose atrás con algo más de tiempo y generando mucho peligro arriba el argentino.

Hubo que esperar, en cualquier caso, al segundo tiempo para disfrutar con las virtudes del Eibar y desesperarse con la falta de recompensa. Porque hasta el descanso, el derbi de Anoeta recordó mucho, demasiado, al de San Mamés. También allí los armeros encajaron pronto para realizar después un ejercicio de dominio intrascendente. Hubo que esperar veinte minutos para su primera ocasión, ‘ocasioncilla’, en un primer tiempo en el que la Real solo sufrió, si lo hizo, por lo escaso de su ventaja.

Fue muy diferente tras el descanso. La arenga de Mendilibar en el vestuario dio resultado y el Eibar que regresó al campo fue totalmente reconocible. La presión, los centros, las segundas jugadas, el agobio al rival, los remates... No el acierto, lamentablemente, y con dos balones al palo en un minuto incluidos, hubo que esperar para que llegara, aunque pequeño, el premio. Menos es nada.