Pablo GONZÁLEZ
Periodista

PRESIDENCIALES UCRANIANAS, CONTINUIDAD O UN CAMBIO DE RUMBO DISIMULADO

Tras una bronca campaña electoral, el actor Zelenskiy es el gran favorito para dar nuevos aires a un país harto de la corrupción y la vieja clase política, mientras que el actual presidente Poroshenko es la apuesta continuista.

Casi 30 millones de ucranianos están llamados hoy a las urnas para votar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. El favorito para la victoria es el actor Vladimir Zelenskiy. El otro candidato es el oligarca y actual presidente del país, Petro Poroshenko. Ambos han protagonizado una atípica campaña electoral con acusaciones de todo tipo y un único debate celebrado en un estadio. El que obtenga al menos el 50% más uno de los votos será el presidente del país por un periodo de 5 años.

Vladimir Zelenskiy (Krivoi Rog, 1978) es la cara nueva de la política ucraniana. Este humorista-actor-productor nunca había participado antes en unas elecciones ni había formado parte de un partido político. Pocos expertos creen que sea una figura independiente. Todo apunta a que su carrera política es una iniciativa de un grupo de oligarcas y políticos opositores al actual presidente del país. La mayoría de las sospechas caen en Igor Kolomoiskiy con quien Zelenskiy tiene una larga relación profesional.

Kolomoiskiy, junto a otros importantes hombres de negocios, ha financiado una campaña electoral atípica. Zelenskiy ha seguido dando galas con su productora “Kvartal 95” especializada en humor, y su campaña ha sido mucho más activa en internet que en el mundo físico. Sus apariciones en la televisión han sido escasas, e incluso ha viajado al extranjero para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron. Aun así, entre el 55 y el 75%, del electorado dependiendo del sondeo, está dispuesto a votarle; en la primera vuelta obtuvo un 30%.

Petro Poroshenko (Bolgrad, región de Odessa, 1965) es la apuesta continuista de estas elecciones. Es el actual presidente de Ucrania y lleva más de diez años en la política del país. Ha sido ministro en los dos mandatos presidenciales que le preceden, siéndolo además bajo presidentes que defendían ideas opuestas de país. Es incluso uno de los fundadores del Partido de las Regiones en el poder hasta 2014. Este bagaje junto a los pocos logros positivos reales de su mandato, las promesas incumplidas y sobre todo su falta de habilidad o deseo para erradicar la corrupción le han hecho perder mucho apoyo. Entre un 25 y un 45% de los ucranianos está dispuesto a votarle según los sondeos, más que el 16% de la primera vuelta, pero parece que no lo suficiente como para luchar por la victoria.

Campaña electoral sucia

Sintomática ha sido la campaña electoral que han protagonizado ambos. Zelenskiy era consciente de que no debía hacer mucho para seguir creciendo en las encuestas. Mientras que Poroshenko se ha lanzado a una ofensiva llena de insultos e insinuaciones. Así, parte de la estrategia se basaba en presentar a Zelenskiy como un adicto a la cocaína y un agente del presidente ruso, Vladimir Putin. La candidatura de Poroshenko ha llegado incluso a colocar grandes carteles por todo el país, en las que se presenta a Poroshenko cara a cara con el presidente ruso bajo el eslogan «O Poroshenko, o Putin». Con ello se intentaba movilizar a la parte más nacionalista de la sociedad ucraniana.

Desde la candidatura de Zelenskiy han insinuado de una manera un tanto tímida los posibles problemas de Poroshenko con el alcohol, un rumor muy recurrente estos últimos años tras varias apariciones públicas del presidente en un estado un tanto dudoso. Zelenskiy, quien utiliza el ruso en el día a día, y en sus apariciones hace uso del ucraniano y del ruso casi por igual, se presenta como un pacificador, alguien que busca reconciliar una sociedad profundamente dividida desde 2014. Por otro lado, la situación económica, los casos de corrupción y los deseos de caras nuevas en la política ucraniana han hecho gran parte de la campaña sin que el propio Zelenskiy apenas tuviera que intervenir.

Un buen resumen de esta campaña ha sido el único debate celebrado. Se hizo el viernes pasado en el estadio olímpico de Kiev ante unas 25.000 personas. En él, ambos candidatos han dejado clara su estrategia. Poroshenko ha repetido una y otra vez el apellido Putin para ilustrar que Zelenskiy va a buscar un acuerdo con Rusia. Por su parte Zelenskiy ha repetido más que otras la palabra tribunal, dando a entender que Poroshenko deberá responder ante la justicia por su gestión.

Rusia presente

El pasado jueves Rusia anunció que a partir del 1 de junio de este año va a prohibir la venta de petróleo y sus productos derivados a Ucrania. No cabe duda de que es un movimiento claramente electoralista. Moscú busca subrayar a quien sea el siguiente presidente ucraniano, que empieza a ser hora de buscar un acuerdo. Si Zelenkiy juega bien sus cartas puede ser esa figura conciliadora, de lo contrario la economía ucraniana se asomará aún más al abismo, arrastrando consigo una sociedad que ya está casi en ebullición.