R.S.
Bilbo

El PNV se ve «seguro de vida» e «hilo conductor del país»

El PNV cerró campaña en el Arenal de Bilbo igual que la abrió quince días antes en la Plaza Catalunya de Gros: sacando a escena toda la polifonía de su poder institucional. Intervinieron, muy brevemente, los tres diputados generales de esta pasada legislatura (Unai Rementeria, Ramiro González y Markel Olano) y también sus tres alcaldes de las capitales de la CAV (Juan Mari Aburto, Gorka Urtaran y Eneko Goia). Los seis repiten. Y también lo hace Izaskun Bilbao para intentar revalidar el escaño jeltzale en Bruselas.

Con un par de minutos de discurso por cabeza, apenas se pudo intuir qué rival le preocupa más a cada uno. Así, el alavés González y el guipuzcoano Olano criticaron a EH Bildu, el primero diciendo que plagia al PNV y el segundo que es «el pasado». Goia prefirió aludir a «mi rival pop que esconde las siglas», por Borja Sémper (PP).

Todos fueron en realidad teloneros para Andoni Ortuzar, que en estos actos se ha convertido ya en mezcla de orador político y monologuista de humor. Entre broma y chascarrillo, el presidente del EBB se reveló bastante más tranquilo que en las vísperas del 28A, cuando «tuvimos un resultado maravilloso, maravilloso», recordó.

Ensalzó Ortuzar la campaña realizada y el esfuerzo militante, como es norma en estos actos, y después se dirigió a quienes aún duden de qué papeletas coger, para intentar hacerles ver que el PNV es quien más certidumbre ofrece: «El PNV es un seguro de vida, un seguro a todo riesgo». Urkullu lanzó similar idea, aunque con otras palabras

«Confianza»

Tras un parón para extender y mostrar una ikurriña elaborada con retazos diversos, entre los irrintzis de algunos asistentes, el líder jeltzale se puso serio para aludir a algunos pasajes trágicos de la historia vasca. Y reivindicó acto seguido que «el PNV ha sido el hilo conductor de estos 40 años. Con nuestros aciertos y errores, hemos sido la mano diestra que ha pasado aguja e hilo para hilvanar este país, para convertir Euskadi en un buen lugar para vivir. No es una obra perfecta, pero es nuestra obra, una obra colectiva».

Antes que Ortuzar, un Iñigo Urkullu muy enérgico proclamó que «el domingo tenemos que ganar tres veces. Se decide en manos de quién dejamos el volante y ¿quién da más confianza? Respondo en tres palabras, Partido Nacionalista Vasco. Tres palabras en tres urnas. Y tres cosas que tenemos: personas, programa y partido».

«Confianza» fue la palabra más repetida en su discurso, el imán con que el lehendakari de la CAV quiere atraer el voto del electorado más preocupado... o más conservador. «Tenemos décadas de experiencia, ahí está el trabajo hecho, ¡la cadena no se rompe!», concluyó Urkullu, desconocidamente enfático.