Antonio Alvarez-Solís
Periodista
AZKEN PUNTUA

Los pájaros

El Sr. Hitchcock fue un ídolo de mi generación. Vimos su película “Los pájaros” cien veces. Siempre nos estremecíamos cuando la memoria nos acosaba con el aleteo los cuervos. Ahora no hay generaciones que abran la puerta del alma a estas temerosas sutilidades. Quizá crean que todo ello naufragó en la globalización. Que Dios nos ampare. Recordé aquella película –déjenme que tome un poco de aire, antes de seguir, con un ¡Viva! a la Francia amarilla. Siempre nos queda París– al enterarme del elemental debate que se ha organizado en Madrid en torno a la posible suspensión de los derechos parlamentarios de los cuatro catalanes presos. Unos dicen que han de suspenderlos los tribunales; pero los jueces se quitan el mochuelo de encima alegando que es el Parlamento de Madrid el que ha de pandar con esta resolución es el Parlamento. ¡Ah, la conciencia del atropello! El barullo es colosal. No saben qué hacer con los encarcelados, diría que alevosamente. Por si fuera poco, el diputado Sr. Girauta llega a decir «que cada minuto que pasa sin que funcione esa suspensión y con los prisioneros catalanes recibiendo su sueldo, los españoles se sentirán humillados». ¡Gran Dios! Solo me queda preguntar al Sr. Girauta si conoce el importe humillante de mi pensión. Eso sí que es una estafa. A no ser que el Sr. Girauta alegue que yo soy un rojo que actué políticamente en Catalunya. ¡Qué pájaros! Lo que hubiera dado el Sr. Hitchcock por ellos.