GARA
OSLO

Gobierno y oposición de Venezuela tendrán su primer cara a cara en Oslo

El Gobierno de Venezuela y la oposición mantendrán la próxima semana su primer cara a cara a cara en Oslo, en el marco de la mediación de Noruega, para una segunda ronda de contactos con el objetivo de reducir tensiones e intentar alcanzar una solución para la crisis política que atraviesa el país sudamericano.

El Ministerio de Exteriores noruego anunció el sábado que «los representantes de las principales fuerzas políticas en Venezuela tomaron la decisión de regresar a Oslo la próxima semana para continuar el proceso (de diálogo) facilitado por Noruega», lo que fue confirmado posteriormente por el Gobierno y la oposición.

«Queremos reiterar nuestro compromiso a la hora de seguir persiguiendo una solución acordada entre ambas partes en Venezuela», de las que elogió «sus esfuerzos» y «su disposición», según el Ministerio, que agregó que espera que estas conversaciones contribuyan a «fomentar un calendario pacífico».

Horas después, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, agradeció a Noruega sus «esfuerzos» para avanzar en los diálogos por la «paz y estabilidad», antes de recalcar que la delegación gubernamental viaja a Oslo «con buena disposición para trabajar la agenda integral acordada y avanzar en la construcción de buenos acuerdos».

El líder opositor Juan Guaidó aceptó el llamamiento de Noruega con el fin de seguir «una ruta muy clara» que pasa, según reiteró, por el «cese de la usurpación, un Gobierno de transición y la celebración de elecciones libres». Resaltó su decisión de «seguir avanzando tanto en la construcción de una fuerza de cooperación como en la mediación internacional para lograr una salida de la dictadura y, por ende, de la crisis». «Más nunca nos van a confundir con un falso diálogo», dijo horas antes.

Por su parte, Washington dijo que lo «único» que hay que negociar con Maduro «son las condiciones de su partida».

El anuncio sobre la nueva ronda de contactos llegó unos días después de que Maduro anunciara la convocatoria de elecciones a la Asamblea Nacional, ahora bajo control de la oposición, lo que fue tildado de «burla» por parte de Guaidó.

Un avance

Esta será la primera vez en que ambas partes tendrán contacto directo, lo que representa un avance desde que Noruega diera a conocer su mediación la semana pasada, cuando se celebró la primera ronda de conversaciones indirectas.

Cuando el país se enfrenta a la peor crisis socioeconómica de su historia reciente, el gobierno venezolano de Nicolas Maduro y la oposición encabezada por Juan Guaidó aceptaron una mediación de Noruega y delegados han estado por lo menos una vez en Oslo en mayo.

Guaidó niega que se trate de negociaciones o que los delegados de ambas partes se hayan entrevistado, por temor a dividir a sus seguidores, hostiles a cualquier diálogo con el Gobierno decepcionados tras cuatro intentos fallidos desde que Maduro llegó al poder en 2013.

«No entraremos en procesos dilatorios que retrasen la libertad y solución al caos. Combinando todas las estrategias y herramientas vamos a terminar de dar el paso definitivo», sostuvo. Entre ellas enumeró la movilización popular, la presión diplomática, la cooperación internacional y la mediación.

Noruega tampoco habla de diálogo ni de negociaciones y no da ningún detalle sobre los «contactos preliminares».

La delegación gubernamental estará presidida por el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, que acudirá a Oslo acompañado del titular de Exteriores, Jorge Arreaza, y del gobernador del estado de Miranda, Héctor Rodríguez.

Guaidó enviará a la capital noruega al l segundo vicepresidente del Parlamento, Stalin González; al exalcalde de Baruta Gerardo Blyde y al exministro de Transporte y Comunicaciones Fernando Martínez Mottola.

Maduro y Guaidó mantienen un pulso por el poder desde que el segundo se proclamara «presidente encargado» en enero, después de que el Parlamento considerara ilegítima la reelección de Maduro. Para la oposición, este es un «dictador», un «usurpador» que permanece en el poder tras la elección presidencial «fraudulenta» del año pasado. Maduro, por su parte, califica a sus adversarios de la oposición de «golpistas», apoyados por EEUU.