GARA
MADRID

Fiscal y acusación particular piden el reingreso en prisión del agresor de Izar

La Audiencia Provincial de Valencia acogió ayer la vista para decidir sobre la libertad o el reingreso en prisión del agresor de Izar, hija de la expresa Sara Majarenas. La Fiscalía, que pide 30 años de prisión por asesinato en grado de tentativa, y la acusación particular piden que vuelva a la cárcel. A la espera de la decisión, madre hija siguen bajo control telemático.

En la vista celebrada ayer en la Audiencia Provincial de Valencia, la Fiscalía y la acusación particular pidieron 30 años de prisión por «asesinato en grado de tentativa» con las agravantes de parentesco y de violencia de género para el agresor confeso de Izar, la hija de la expresa Sara Majarenas, así como de un delito de lesiones síquicas contra Majarenas. Asimismo, solicitaron su reingreso en prisión hasta la celebración del juicio.

El Ministerio Público demanda también que, cuando cumpla la pena, el procesado permanezca siete años en situación de libertad vigilada.

La acusación particular eleva este período hasta los 10 años y solicita además que cualquier beneficio penitenciario esté supeditado a la realización de cursos formativos sobre violencia de género durante su estancia en prisión.

La representación del Ministerio Público presentó dos argumentos para sostener su demanda. Por un lado, la alta petición de pena, y por otro, el peligro de fuga, puesto que el acusado es de origen extranjero y no tiene arraigo alguno.

La acusación particular, representada por el letrado de la familia, Aiert Larrarte, se ha sumado a las peticiones fiscales y ha añadido la «revictimización» que están sufriendo Majarenas y su hija mientras el agresor permanece en la calle.

De hecho, familiares de ambas ofrecieron el pasado lunes una rueda de prensa en Donostia en la que desvelaron que las medidas cautelares impuestas al agresor conllevan que Majarenas tenga que llevar permanentemente otro dispositivo para estar «todo el tiempo localizada» y cargar su batería cada ocho horas, además de no poder salir de la CAV «por miedo» dado que la limitación de movimiento del agresor solo se refiere a este territorio.

La pequeña Izar por su parte, que ha cumplido recientemente cinco años, está también vigilada y es acompañada por efectivos de la Ertzaintza a la entrada y la salida de la ikastola.

De otro lado, Larrarte subrayó que el acusado trató de matar a su propia hija para hacer daño también a la madre, por lo que se trata de un crimen machista, y que Izar sigue siendo ahora una niña pequeña sin opciones de defenderse.

La defensa, por su parte, pidió que su cliente siga en libertad hasta que se celebre el juicio. El tribunal tiene que tomar una decisión que no tiene fecha.