GARA
El Cairo

Morsi, presidente egipcio depuesto y prisionero, muere en pleno juicio

Mohamed Morsi, de 67 años, primer presidente egipcio democráticamente electo y depuesto tras un sangriento golpe militar en 2013, falleció ayer tras desvanecerse en pleno juicio. Víctima de una justicia vengativa, privado de atención médica y preso en condiciones draconianas que habían sido internacionalmente documentadas y denunciadas, su muerte ha sido calificada como un hecho anunciado y previsible, y según sus seguidores, como «premeditado».

Según informó la televisión pública egipcia, Mohamed Morsi sufrió un desvanecimiento en pleno juicio y falleció inmediatamente después de haber ingresado en un hospital. El presidente egipcio, depuesto por un golpe militar en 2013 y prisionero desde entonces, comparecía ante el tribunal por espionaje, una acusación que emanaba de sus supuestos contactos con el movimiento islamista palestino Hamas, de acuerdo con la información facilitada.

De 67 años, una de las figuras más prominentes del ahora ilegalizado movimiento de los Hermanos Musulmanes, Morsi se convirtió en 2012 en el primer presidente electo democráticamente, un año después del levantamiento de la Primavera Árabe que puso fin a tras décadas de gobierno militar de Hosni Mubarak. Tras una revuelta instigada por sectores del «estado profundo» y apoyada por los salafistas, fue depuesto un año después por un sangriento golpe militar dirigido por su ministro de Defensa y ahora mariscal de Egipto, Abdel Fatah Al-Sisi. Una operación que dejó millares de muertos y de presos y que fue legitimada por varios países del Golfo, Israel y, al poco tiempo, de facto, por gran parte de la comunidad internacional.

Preso desde 2013, en unas condiciones draconianas denunciadas por diferentes organizaciones de derechos humanos, Morsi tenía que hacer frente a otros seis juicios, con acusaciones que iban desde «terrorismo», espionaje en favor de Qatar, insulto a los jueces, participación en una fuga de prisioneros islamistas o en la muerte de manifestantes durante las protestas de 2012. Condenado a cadena perpetua, en noviembre de 2016 su pena fue suspendida y se ordenó un nuevo juicio. Aunque la amenaza de la pena capital siempre ha estado presente para él.

Amnistía Internacional ha descrito el sistema judicial de Egipto como «terriblemente roto» y consideró las diferentes peticiones judiciales en su contra y otros líderes de los Hermanos Musulmanes como una «vía vengativa hacia la horca».

Por otra parte, en un informe de un grupo de parlamentarios británicos y de abogados de diferentes países hecho público en 2018 se alertaba de que las condiciones en la cárcel de Morsi, durante más de tres años en un aislamiento absoluto, y la inadecuada atención médica probablemente conllevaría a su «muerte prematura».

Erdogan homenajea a Morsi calificándolo como «mártir»

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, fue el primer líder mundial en rendir homenaje a Morsi, con quien entabló estrechas relaciones, y calificó al depuesto presidente egipcio como un «mártir»y un «hermano». Le siguió otro de los mayores aliados de Morsi, el emir de Qatar Sheik, Tamin bin Hamad Al Thani, que ofreció sus condolencias a la familia y al pueblo egipcio.

El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, ofreció también sus condolencias a la familia y a los seguidores de Morsi. Por su parte, la directora para Oriente Medio de la organización internacional de derechos humanos Human Richts Watch, Sarah Leah Whitson, calificó su muerte como algo «terrible pero totalmente predecible» y criticó duramente las condiciones de encarcelamiento que Morsi ha sufrido y han sido documentadas.

Los Hermanos Musulmanes, en palabras de su representate en Londres, lo tildaron de «asesinato premeditado» y remarcaron que «sin atención medica, lo condenaron a una muerte lenta». GARA