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BILBO

El emprendimiento navega en niveles previos a la crisis

Más de una de cada veinte personas con edades de 18 a 64 años que reside en la CAV estaban involucradas en 2018 en la propiedad y gestión de un nuevo negocio, considerados los que tienen hasta 42 meses de vida. La tasa del 5,1% queda por debajo de la registrada en 2017, pero las responsables del informe «GEM País Vasco 2018-2019» consideran que se mantiene en cifras aceptables después de una década con actividad emprendedora «un poco reducida».

La tasa de personas emprendedoras con empresas en fase inicial se situó el año pasado en la CAV en el 5,1% de la población de 18 a 64 años, lo que supone siete décimas menos que en 2017 y la mantiene en niveles previos a la crisis, según los datos del informe GEM elaborado por investigadores de la UPV-EHU, Universidad de Deusto y Mondragon Unibertsitatea. El estudio se ha desarrollado en función de 2.000 encuestas efectuadas el pasado verano,

El informe “GEM País Vasco 2018-2019” fue presentado ayer, en Bilbo, por la directora de Innovación y Emprendimiento de la Universidad de Deusto, Garbiñe Henry; el director de Emprendimiento, Innovación y Sociedad de Información del Gobierno de Lakua, Aitor Urzelai; la jefa de Servicio de Promoción Empresarial de la Diputación de Bizkaia, Eva Armesto; y la directora del Equipo GEM País Vasco, María Saiz; junto a los investigadores José Luis González-Pernía y Jon Hoyos.

Este año, el proyecto Global Entrepreneurship Monitor se ha desarrollado en 49 países. En el caso de la CAV, esta edición completa quince años de análisis de la situación del emprendimiento. Comparativamente, la tasa registrada en este informe queda por debajo del 5,8% registrado en 2017.

Este «ajuste», según explicó Saiz, era esperado teniendo en cuenta el aumento «tan abultado» que se produjo en 2017, de 2,5 puntos respecto a la tasa de 3,3% que se dio en 2016. Resaltó que, tras una década con «actividad emprendedora un poco reducida», se ha retomado «la senda del 5% que era habitual».

Esfuerzos en educación

Saiz comentó que no se percibe «una razón específica» para la caída de la tasa respecto al año anterior y que, si se tienen en cuenta otros indicadores como los emprendedores potenciales o los consolidados, «el movimiento es leve».

La directora del equipo GEM destacó que, según se desprende de los resultados del estudio, «el ecosistema emprendedor de Euskadi está bien reconocido, se ha avanzado mucho», pero «todavía queda margen por recorrer» en el ámbito de la sensibilización social. Y apostó por «orientar esfuerzos en las políticas de educación» en el fortalecimiento de competencias en Primaria y Secundaria.

Según el informe, el emprendedor potencial, con intención de emprender en los próximos tres años, avanza medio punto y se sitúa en el 5%, tal como recogió Europa Press. También se incrementa en dos décimas la tasa de personas propietarias de empresas consolidadas (con más de 42 meses de vida). Mientras, el abandono empresarial cae dos décimas y se sitúa en el 1,2%.

Perfil y capital-semilla

El perfil de la persona emprendedora en la etapa inicial es el de un varón en un 55,1% de los casos, si bien en los quince años en los que se ha venido realizando este estudio el peso de la mujer emprendora ha ido creciendo. La edad promedio es de 43 años, tres años más que en el informe anterior, y los nuevos emprendedores se caracterizan por tener un nivel alto de formación, con el doble de universitarios que hace quince años, y un nivel de renta superior.

Al igual que en 2004, la identificación de oportunidades es el principal motivo para emprender y la mayor motivación es «la independencia, más allá del dinero», indicó Saiz.

El capital-semilla se sitúa en los 21.740 euros, por debajo de los 23.499 del ejercicio anterior. Se observa un incremento de proyectos nacientes de menor cuantía, ya que cuatro de cada diez personas afirman haber invertido menos de 10.000 euros, mientras que se mantienen los de «mayor envergadura» en términos de inversión.

Las aportaciones del propio equipo promotor son la principal fuente de financiación en más de la mitad de los proyectos (un 58%); le sigue la financiación de instituciones bancarias (21,1%), las ayudas públicas (5,2%) y los inversores especializados (2,8%). La inversión informal (de terceras personas que invierten a título propio) es del 3,8%, el mayor porcentaje de los últimos diez años, y la mayoría de ellos son familiares o amigos.