EDITORIALA
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Es tiempo de recuperar la responsabilidad

La política está tomando unos derroteros cada vez más sorprendentes y a la vez extraños. Ya no es el que gana las elecciones o el que gobierna el que plantea públicamente cuáles son sus planes y qué dirección va a tomar para arrastrar al resto, para liderar a fin de cuentas; no, ahora el que ostenta la responsabilidad se presenta una y otra vez ante la opinión pública sin proponer nada pero exigiendo a los demás que se muevan, que presenten sus proyectos. Así esta ocurriendo en el proceso de investidura del presidente del Gobierno español. Y la idea parece que también gusta en nuestro país, donde el Gobierno de Lakua está llevando las negociaciones presupuestarias por los mismos derroteros: hasta ahora se ha limitado a pedir a los demás que digan cuáles son sus exigencias y que sean razonables. Y si el argumento es que no hay margen en el 96% del presupuesto, tal vez haya llegado el momento de empezar a cuestionarse si hace falta semejante aparato político administrativo para decidir solamente sobre el 4% restante.

Por otra parte, el sindicato ELA aprovechó la reunión de ayer de EH Bildu con el consejero para exponer su análisis presupuestario y exigir a la izquierda política del país que no entre ni siquiera a negociar, ya que lo único que se puede pactar son recortes. Desde luego, es de agradecer la claridad con la que exponen su visión sobre este tema; ahora bien, tal vez se hayan dejado llevar por el entusiasmo y no se hayan dado cuenta de que resulta insólito que digan a los partidos qué deben hacer en el ámbito de actuación que les es propio. O visto en sentido contrario, ¿qué sucedería si a algún partido se le ocurriera decir a los sindicatos qué huelgas deben convocar y qué convenios deben o no firmar? La autonomía o es de doble sentido o no es.

Construir un país soberano y una sociedad más justa solo será posible si se abandona esa querencia por los dictados, se recupera el sentido común y, sobre todo, la responsabilidad, fundamento de todo liderazgo.