D e entre los muchos documentales y aproximaciones que se han hecho a la vida y obra del cineasta sueco Ingmar Bergman con motivo del centenario de su nacimiento (1918-2018) en Upsala, este largometraje liderado en la dirección por la alemana Margarethe Von Trotta no pretende ser un ensayo o un análisis objeto de su cine, sino una visión personal del modo en que ha influenciado en la carrera de otros cineastas, técnicos e intérpretes, sobre todo actrices. Por eso se entrevista a directores clásicos y otros contemporáneos, junto con colaboradores suyos delante y detrás de la cámara. Además en lo personal se acude a la familia, aunque los Bergman no son un clan convencional y forman una especie de numerosa tribu.

Von Trotta se siente moralmente autorizada a juzgar a Bergman y sus películas, porque el propio cineasta se declaró admirador de su colega, especialmente de su realización “Las hermanas alemanas” (1981). A su vez Margarethe confiesa que su pasión por los dramas bergmanianos nació a principios de los años 60, cuando en París descubrió “El séptimo sello” (1957), que fue el título de su filmografía que le animó a ser también directora, y se siente muy agradecida por ello.