HENDAIA

Ecología y lucha laboral, juntas ante el poder capitalista y la crisis social

“El final del mundo, el final de mes, la misma lucha” fue el tema que se trató ayer en una de las conferencias más exitosas de Ficoba. Un título atrayente que llenó la sala con 500 personas y dejó a algunas fuera. Los conferenciantes representaban a varias de las grandes entidades sindicales, ecologistas y altermundialistas del Estado francés. A ellas se sumó LAB de manos de Garbiñe Aranburu, que comenzó su intervención presentando a los movimientos sociales de Euskal Herria, además de al propio sindicato abertzale.

François Julliard, director general de Greenpeace; Eric Beynel, portavoz de Solidaires; Aurelie Trouvé, portavoz de Attac; y Philippe Martinez, secretario general de CGT.

El mensaje principal compartido por todos los participantes fue que, a pesar de que reunir en una misma lucha la sociolaboral y la medioambiental es difícil, es importante permanecer unidos ante los poderes económicos y las siete potencias que se acercarán mañana a Biarritz.

Trouvé afirmó que la contracumbre es un ejemplo en el que se reúnen culturas militantes diferentes y que resulta un paso importante. Beynel dijo que había que ir más lejos y crear espacios más allá de la cita actual. El director general de Greenpeace, por su parte, se comprometió, «aquí ante todos», a hacerlo de cara a la cita de setiembre.

Se nombró en repetidas ocasiones la huelga a favor del clima que tendrá lugar el 20 de setiembre y que se unirá a la movilización de los jóvenes de Fridays For Future. Tanto los sindicalistas como el representante de Greenpeace y la portavoz de Attac señalaron que se trata de una fecha importante, en la que deben unirse para tener fuerza en el pulso que se lleva con el poder económico.

Martinez dejó clara su postura: «No se puede convencer a la gente de que luche contra la crisis climática si no se soluciona el problema salarial». La visión que ofreció Julliard fue más conciliadora, indicando que las medidas deben tomarse tanto a nivel medioambiental, como social y laboral.

Los jóvenes

Entre las intervenciones que realizó el público antes de las conclusiones, algunas fueron más aplaudidas que otras, pero la que más interpeló a los conferenciantes fue la de Matthieu, un estudiante que dijo participar en el movimiento de los “chalecos amarillos” y en la Marcha por el Clima en París, que se mostró en desacuerdo con la visión presentada y, sobre todo, preguntó que podían proponer a jóvenes como él.

El secretario general de la CGT le propuso que continúe movilizándose, ya que de esa manera entre todos podrá lograrse algún cambio. En el mismo sentido, Julliard comentó que «necesitamos a todo el mundo».

Los conferenciantes otorgaron gran importancia a los nuevos movimientos ciudadanos, como el de los “chalecos amarillos”, pero incidieron en que las organizaciones clásicas también tienen su lugar y es importante mantenerlas.

Aranburu añadió que «si queremos cambiar el sistema, el sindicalismo tiene que replantearse su propia naturaleza, un trabajo que nosotros ya estamos realizando».

Boicot de algunas ONG a la cumbre por el trato recibido

La cumbre del G7 empezará oficialmente mañana, pero hoy Emmanuel Macron se reunirá con diferentes entidades. Por la mañana tendrá lugar una reunión, a la que han sido invitadas unas 25 ONG. Varias de ellas, entre otras Oxfam, Greenpeace o WWF, han decidido no acudir al encuentro y boicotear la cumbre internacional, para así denunciar la postura que ha tomado el Gobierno francés respecto al lugar de dichos organismos.

En una entrevista publicada en NAIZ, Nicolas Vercken, responsable de campaña y sensibilización de Oxfam en el Estado francés, ha denunciado que con el trato ofrecido a las organizaciones humanitarias y ecologistas, «el Elíseo quiere asegurarse de que las ONG no ofrezcan un discurso diferente» al que quieren hacer llegar desde el poder político y económico».

Vercken recuerda que su ONG lleva participando en el G7 desde hace más de veinte años: «Al contrario de lo que sucedió el año pasado en Canadá, nuestras peticiones no han sido escuchadas. Allí compartieron sistemáticamente con nosotros los documentos oficiales, y los franceses no lo han hecho».

Añade que se ha cruzado un nuevo límite: «Tradicionalmente, durante los G7, y en todas las cumbres internacionales, el centro de medios de comunicación es un espacio al que algunas ONG tienen acceso, porque es importante para que los periodistas puedan realizar su trabajo y, de ese modo, tener un análisis independiente para descifrar las propuestas y los compromisos».I.E.