GARA
WASHINGTON

El FMI a Trump: la política de aranceles y bajada de tipos no funcionará

Economistas del Fondo Monetario Internacional han advertido esta semana de que la guerra comercial montada por la Administración Trump contra China con aranceles punitivos y un dólar más débil no logrará revertir el desequilibrio comercial entre ambas potencias.

En un tono inusualmente directo, la economista jefa del FMI, Gita Gopinath, y dos de sus colegas, Gustavo Adler y Luis Cubeddu, afirman que la política económica de la Casa Blanca es contraproducente y desacelerará la economía global.

Los aranceles «tendrán un impacto negativo tanto en la economía de Estados Unidos como en la de todo el mundo al socavar la confianza empresarial y la inversión, y alterar las cadenas de suministro, al tiempo que aumentan los costos para productores y consumidores», escriben los autores en un post que publicaron en un blog el pasado miércoles, dos días antes de que se produjera una nueva escalada de aranceles por parte de ambas potencias.

«Es improbable que unas tarifas aduaneras bilaterales más altas reduzcan los desequilibrios comerciales, porque esencialmente desvían el comercio a otros países», señalan estos tres expertos. Es más, la producción no se repatría a Estados Unidos, ya que lo que se producía en China se producirá en otro país a bajo costo, en cuyo caso el déficit comercial se ampliará.

Para Donald Trump, el déficit comercial es una de las principales formas de medir la salud de la economía estadounidense. Ve el desequilibrio como un signo de debilidad y trata de remediarlo, especialmente con China, con aranceles punitivos para tratar de restablecer el equilibrio.Hasta mediados de diciembre, la totalidad de los 550.000 millones de dólares en bienes importados de China deberían gravarse entre un 10% y un 25%.

«Yo soy el elegido»

Esta guerra comercial con China cogió una apariencia de cruzada religiosa el mismo miércoles, cuando Trump se dirigió a los periodistas con la cabeza y los brazos hacia arriba para exclamar: «Yo soy el elegido».

«Esta no es mi guerra comercial, es una guerra comercial que debería haber sido librada hace mucho tiempo por otros presidentes», añadió.

Los tres economistas citados también advierten sobre otra idea muy apreciada por el inquilino de la Casa Blanca y que menciona a menudo en Twitter: debilitar el dólar para hacer que los productos estadounidenses sean más competitivos.

Trump acusa al Banco Central Europeo (BCE) y a Pekín de devaluar sus respectivas divisas para hacer que sus productos sean más atractivos para los consumidores estadounidenses. Los expertos del FMI señalan que las estrategias para debilitar la moneda de un país «son difíciles de implementar y, con toda probabilidad, ineficaces», añadiendo que la presión sobre la Reserva Federal (el banco central de EEUU) para bajar sus tipos de interés tampoco logrará el objetivo deseado.

Trump ataca incansablemente a la Fed –lo hizo de nuevo el viernes–, a la que acusa de frenar el crecimiento económico de EEUU al haber subido sus tipos «con demasiada frecuencia, demasiado rápido».

El presidente, que está haciendo campaña para la reelección en 2020 y que conoce la importancia del estado de la economía en el resultado de los comicios, reclama ahora una rebaja de un punto porcentual de la tasa de interés principal de la Fed, para recuperar competitividad e impulsar el crecimiento. «¡El dólar más fuerte en la historia, muy difícil para las exportaciones, sin inflación!», se enfurecía en Twitter el miércoles por la mañana. Esta afirmación es falsa, ya que el “billete verde” está muy lejos de sus niveles históricos más altos.

«No debemos dejarnos llevar por la ilusión de que al bajar las tasas de interés podemos debilitar una moneda lo suficiente como para mejorar la balanza comercial», comentan los autores del blog.

La carrera electoral

«La política monetaria por sí sola no es capaz de inducir las devaluaciones fuertes y duraderas que serían necesarias para conducir a este resultado, y especialmente no en un período de doce meses», advierten estos expertos, en clara alusión al fin del actual mandato presidencial en noviembre de 2020.

En el mismo sentido, el banco JP Morgan publicó el miércoles un estudio que sostiene que el costo de los impuestos aduaneros sobre el presupuesto de los hogares de Estados Unidos aumentará de aproximadamente 600 dólares al año a 1.000 si se aplica un arancel adicional del 10% a 300.000 millones en productos chinos importados, tal como ha dispuesto la Administración Trump.

Si el Gobierno estadounidense decide imponer aranceles del 25%, costará 1.500 dólares anuales a cada hogar, agrega el estudio al que tuvo acceso AFP.

Pero mientras tanto, Trump y sus asesores niegan cualquier efecto negativo de las nuevas tarifas aduaneras en la cesta de la compra del ciudadano medio.

«No hay absolutamente ninguna prueba de que el consumidor estadounidense tendrá que soportar las consecuencias», dijo el pasado domingo a la CNN Peter Navarro, principal asesor comercial de Trump.