Iñaki LEKUONA
Periodista
AZKEN PUNTUA

Erosión transformadora

Los acantilados que se yerguen frente al Cantábrico entre Hendaia y Ziburu se están deshaciendo, incapaces de resistir a los embates de las olas, de la lluvia y del viento. Este fin de semana, con motivo de las Jornadas del Patrimonio, volvió a celebrarse una fiesta en la que planeó nuevamente la cuestión del cierre total de la carretera departamental que zigzaguea paralela a la costa y por donde ya no pueden pasar ni camiones ni autobuses, como si el patrimonio a proteger fuera el asfalto y no las propias escarpaduras que llevan siglos transformándose al ritmo del tiempo.

Entre los más de 44.000 monumentos inscritos como patrimonio por la República no se encuentran las lenguas que llaman, no sin acento peyorativo, regionales. También están en riesgo de desmoronarse poco a poco, pero la administración, que reconoce su preocupación por ese hermoso paisaje cultural, parece más preocupada por la salvaguardar su único idioma oficial, vía por la que obliga a transitar a todo el país y que estima en peligro ante la preponderancia del inglés, irónicamente actual lengua franca.

En este año el que Seaska cumple 50 protegiendo nuestro patrimonio, ayer, al pie de esos mismos acantilados, uno de sus centros festejó 20 trabajando para que la erosión no merme, sino que transforme.