Gloria Latasa
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AZKEN PUNTUA

Cabeza de alfiler

A los ciclones tropicales con núcleo caliente y vientos superiores a 118 km/h se les denomina huracanes cuando se producen en el Atlántico Norte y en la franja tropical del Pacífico que toca las costas americanas. En el Mar de China y en el noroeste del Pacífico se les conoce como tifones.

Estos «seres meteorológicos» están conformados por un ojo central alrededor del cual giran la pared del ojo y las bandas de lluvia. La pared es una franja que puede alcanzar una anchura de 50 km, en la que se encuentran los vientos y las precipitaciones más importantes. Las bandas son nubes, en ocasiones de tormenta, que pueden llegar a tener centenares de km de largo y que giran en sentido contrario a las agujas del reloj (hemisferio norte), asociadas también a fuertes vientos.

El ojo de un ciclón o de un huracán suele tener un diámetro de entre 30 y 70 km. Cuanto más pequeño y compacto es el ojo más potente es el ciclón, ya que es capaz de girar a mayor velocidad. Se dice que es un ojo en cabeza de alfiler.

Estos ciclones se suelen intensificar con rapidez y alcanzan la categoría 5. Es lo que ha ocurrido recientemente en Japón con el tifón Hagibis. En tan sólo 24 horas sus vientos pasaron de 96 km/h a 260 km/h, llegando a tener categoría 5. Su ojo no llegó a sobrepasar los 9 km de diámetro.