Idoia ERASO
BAIONA
Entrevue
PHILIPPE HAMMEL
DIRECTOR DEL ISLRF

«Tratamos de forzar al Estado a cumplir con su deber lingüístico»

Philippe Hammel es el director del Instituto Superior de las Lenguas de la República Francesa (ISLRF), organismo de formación que reúne a Seaska con las otras federaciones de centros de enseñanza en inmersión de Bretaña, Occitania, Alsacia y Catalunya, que celebraron un coloquio en Baiona.

Las cinco federaciones de centros de enseñanza de lenguas en inmersión se agrupan en dos entidades para defender sus derechos ante el Estado. Seaska, Diwan, Calandreta, ABCM y Bressola han creado la red Eskolim, que ejerce a nivel político la defensa de derechos, y el ISLRF, que lo hace desde el ámbito de la formación. Miembros de las cinco federaciones participaron en el 8º coloquio científico que, organizado por el ISLRF, se celebró en Baiona los pasados días 18 y 19 de octubre y que contó con la intervención de investigadores universitarios.

¿Qué es exactamente el Instituto Superior de las Lenguas de la República Francesa (ISLRF)?

Es el instituto que federa a los centros de educación que forman al profesorado de la enseñanza en inmersión. Lo hemos creado, en cooperación, los alsacianos, vascos, catalanes, bretones y occitanos. Es el interlocutor oficial ante el Estado.

Cuando un centro de educación abre, se firma un contrato con el Estado, que está obligado a darnos una ayuda para la formación del profesorado. El ISLRF recibe la ayuda, y la reparte en función de la actividad.

Las negociaciones para conseguir los puestos necesarios de profesores han sido muy duras en Euskal Herria. Ustedes han estado acompañando a Seaska. ¿Diwan, Calandreta, ABCM y Bressola también están luchando por ello?

La mayoría del tiempo trabajamos todos juntos y tratamos de forzar al Estado a cumplir con su deber para con las lenguas. Tenemos una expresión un poco irónica que solemos utilizar: en nuestras lenguas regionales todos tenemos una palabra en común, que es desgracia, y su sinónimo es Francia.

¿Podría decirnos en qué situación se encuentran las otras cuatro federaciones y qué relación tienen con sus respectivas instituciones locales?

La situación en el País Vasco es más favorable porque cuenta con un mayor apoyo social. Aparte de eso, todas las redes progresan, en particular en lo que representa la formación del profesorado, lo que conlleva que las escuelas sean más atractivas y más eficaces. El coloquio que hemos celebrado ha sido para mejorar nuestra propuesta a la sociedad.

¿Cómo ha ido el coloquio? ¿Qué ha supuesto?

Es un momento muy importante, en el que juntos podemos marcar distancias con el combate cotidiano por la supervivencia; volver a pensar nuestros proyectos didácticos y pedagógicos, y examinar los resultados de investigaciones científicas que nos plantean retos.

Desde el Gobierno se ha tratado de dar una visión pedagógica contraria a la enseñanza en inmersión y, en ese sentido, son importantes las declaraciones del ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, señalando que este tipo de enseñanza podría acarrear que los estudiantes no aprendiesen bien el francés.

La declaración del ministro es un sofisma, es claramente falsa, ya que dice que la inmersión se realiza en una sola lengua, lo que supone condenar a los niños a ser monolingües. Hay dos hipótesis sobre las razones que han podido llevar al ministro a decir eso: tal vez ha tenido un momento de atrofia en el pensamiento, y no ha tenido la capacidad de comprender la complejidad de las situaciones socio-lingüísticas. La duración de la enseñanza en la escuela supone el 9,89% del tiempo de los niños, por lo que decir que ese tiempo va a crear individuos monolingües es realmente estar atrofiado.

La segunda hipótesis es que conoce eso perfectamente, lo que no supondría ninguna sorpresa, ya que Francia es un gran promotor de la inmersión, en particular en los liceos franceses en el extranjero.

El recién creado Colectivo para que Vivan Nuestras Lenguas, del que forman parte, ha lanzado una petición en internet para pedir un cambio al Gobierno y llama a una concentración el 30 de noviembre en París.

El colectivo reúne a todos los actores lingüísticos y culturales que sienten que les concierne esta detestable situación. Es el momento de hacer sonar todas las alarmas y decir que hay una gran preocupación respecto a nuestras lenguas.