Espen Sandberg y Joachim Ronning empezaron trabajando en publicidad y fueron descubiertos para el cine por Luc Besson. Juntos dirigieron “Bandidas” (2006), “Max Manus” (2008), “Kon-Tiki” (2012) y “Piratas del Caribe: La venganza de Salazar” (2017). Ronning se ha quedado en Hollywood, donde ha hecho su primer largometraje en solitario “Maléfica: Maestra del mal” (2019), mientras que Sandberg ha regresado a su país de origen para rodar “Amundsen” (2019), que es una película que recoge lo mejor en esencia de esta pareja de cineastas noruegos, al conectar con su mejor trabajo cinematográfico, la obra de aventuras y supervivencia “Kon-Tiki” (2012), de nuevo con la presencia actoral de Pal Sverre Hagen.

El espigado Pal Sverre Hagen consigue una extraordinaria caracterización del aventurero y explorador noruego Roald Amundsen (1872-1928), que empieza por el parecido físico y se adentra en una personalidad poco común, con sus claros y oscuros. En el lado positivo nos encontramos con un hombre metódico, capaz de sacar adelante arriesgadas expediciones basadas en una buena planificación y la labor en equipo. En la parte negativa descubrimos a un ser arrogante, egoísta y rencoroso. Y según su biógrafo Tor Bomann, un amante de las mujeres pero incapaz de comprometerse con ellas.

No obstante, el rasgo que mejor define el carácter del conquistador de la Antártida es el obsesivo. Convirtió la carrera por llegar al Polo Sur antes que los británicos en un reto personal contra Robert Falcon Scott.

La película también refleja la mentalidad de la época a la que perteneció este hombre, un tiempo en que el imperialismo y el colonialismo seguían latentes, por lo que todos los viajes a territorios inexplorados tenían un componente nacionalista y se luchaba por clavar la bandera del país antes que el vecino.