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OHRID

Tras el portazo de la UE, en los Balcanes occidentales esbozan un mercado propio

Los dirigentes de los Balcanes occidentales analizaron el pasado fin de semana un paquete de medidas concretas para avanzar en su proyecto de mercado regional común. Este encuentro se produjo poco después de la inesperada marcha atrás de la Unión Europea en las negociaciones de adhesión con Macedonia del Norte y Albania.

La reunión mantenida el domingo en la orilla del lago Ohrid, en Macedonia del Norte, ha sido la segunda de este tipo entre el primer ministro albanés, Edi Rama, su homólogo macedonio, Zoran Zaev, y el presidente serbio, Aleksandar Vucic.

La iniciativa está destinada a promover el agrupamiento de países de esta frágil y dividida región, instaurando de aquí a 2021 la libre circulación de bienes y personas.

En esta ocasión, el contexto ha estado marcado por la decisión que la Unión Europea tomó en octubre, bajo el impulso del Estado francés, de cerrar por ahora la puerta de las negociaciones de adhesión de Macedonia del Norte y Albania.

«No tenemos que tener miedo de nuestra propia sombra ni de hacer cualquier cosa por nosotros mismos», manifestó el presidente serbio en una comparecencia ante la prensa. «No hemos inventado nada mejor en los últimos 30 años en los Balcanes», añadió. «Queremos formar parte de la UE, pero eso depende de ellos», puntualizó.

La cuestión kosovar

Bosnia y Montenegro también enviaron representantes a Ohrid. En cambio, se registró la ausencia de Kosovo, exprovincia serbia de mayoría albanesa, a la que en principio se incluía en esta iniciativa. «El horizonte que observa Kosovo es su adhesión a la Unión Europea y la OTAN», y no una «iniciativa regional» que «no tiene sentido mientras Serbia y Bosnia no reconozcan su independencia», explicó su presidente, Hashim Thaci, a través de Twitter.

La cuestión de Kosovo, cuya independencia fue proclamada en 2008 y apoyada por la mayoría de los países occidentales, continúa siendo la más sensible de la región. Serbia rechaza su reconocimiento y Bosnia tampoco lo hace debido al veto de su entidad serbia.

Por su parte, Edi Rama lamentó la toma de posición de Pristina. «También interesa a Kosovo, a sus ciudadanos y a los mercados que la frontera entre Kosovo y Serbia sea suprimida» pese a la ausencia de solución entre Belgrado y su antigua provincia, señaló, tal como recogió la agencia France-Presse.

Permiso de trabajo

Mientras tanto, Belgrado, Tirana y Skopje han consensuado un permiso de trabajo único que permitirá a sus nacionales trabajar indiferentemente en los tres países y la posibilidad de circular por ellos con un simple carné de identidad.

También se está estudiando la aplicación de un “mini Schengen” que facilitaría el libre tránsito de visitantes extranjeros por el interior de sus fronteras.

Paralelamente, los tres países han decidido facilitar los procedimientos aduaneros y los controles fitosanitarios en las mugas para acelerar el tránsito de los camiones.

La próxima reunión del grupo está prevista para el 21 de diciembre en Durres, Albania.

Para esa fecha quizás haya un panorama más despejado mirando hacia Bruselas. La semana pasada, la presidenta electa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó la importancia de vincular a los países de los Balcanes occidentales a la UE «lo más estrechamente posible», incluso aún cuando no sea posible todavía abrir las negociaciones de adhesión. Falta sabe si París levantará su veto.