Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

La euskarafobia de Maya se agudiza con la ordenanza como telón de fondo

Gestos como tratar de arrinconar el euskara en la publicidad de la ciudad, vetar reglamentos por incluir palabras en esta lengua o la censura de una actuación infantil tensan el debate sobre el uso de la lengua propia, en vísperas de un paso atrás normativo de más de 20 años.

La presencia de cuatro palabras en euskara dentro del articulado del Reglamento de Participación del Ayuntamiento de Iruñea fue motivo suficiente para que, el jueves, los ediles de Navarra Suma se posicionaran en contra de la norma. No bastó, porque el resto del Ayuntamiento sí que apoyó la normativa y recordó a Enrique Maya que no tiene la mayoría del Pleno.

El hecho quedaría en anécdota si no fuera porque se engloba en un suma y sigue de persecución del euskara en la ciudad. Apenas unas semanas atrás, el Ayuntamiento desdobló la cuenta en la red social Twitter del Consistorio. Hasta ese momento, funcionaba un único perfil que daba los avisos en los dos idiomas. Al duplicarse, todos los seguidores de la cuenta acabaron en la opción en castellano, en perjuicio de la cuenta en euskara.

La comunidad de usuarios de la web reaccionó con una campaña en la que se animaba a dejar de seguir la cuenta oficial castellana y pasarse a la de euskara. Tuvo tal éxito que, en pocos días, la situación se revirtió y, a día de hoy, la cuenta en idioma propio tiene más audiencia.

En paralelo, desde EH Bildu se optó por llevar este gesto discriminatorio a los tribunales. Se apoyó, para ello, en la Ordenanza que se aprobó en 1997, donde se indica que la información y propaganda de la ciudad ha de ser bilingüe.

El día de ayer, asimismo, estuvo marcado por la polémica abierta entre el Consistorio y Pirritx, Porrotx y Marimotots, que denuncian que su actuación prevista en Baluarte ha sido «censurada» por el Ayuntamiento. Los payasos han convocado a sus seguidores el lunes en Katakrak para responder con un acto masivo. En los últimos años, la actuación de los payasos coincidiendo con el patrón, San Saturnino, se había convertido un acto con gran acogida.

La censura conllevó un cruce de acusaciones entre la exresponsable de Cultura Maider Beloki (EH Bildu) y su sucesora en el cargo, María García-Barberena. La primera acusa a la segunda de una censura de carácter político, mientras que la de NA+ pone excusas de tipo administrativo y sostiene que el contrato no cumple con la normativa y ve «irregularidades» en la firma.

La hemeroteca, sin embargo, hace que la afirmación de García-Barberena de que el problema sea administrativo resulte poco creíble. En 2017, UPN censuraba que se contratara a payasos «de Batasuna» y tachaba la actuación de «sectaria» a través de una nota en la que animaba a que el Ayuntamiento volviera a correr con los gastos del Corpus.

La ordenanza, clave

La situación cada vez se vuelve más tensa a la espera de ver qué sucede con la ordenanza que regula el uso del euskara. La normativa de 1997 sobre cómo ha de ser la presencia del idioma en la ciudad fue modificada después de más de 20 años por el Ayuntamiento del cambio. Ahora, Navarra Suma quiere llevar a pleno una nueva propuesta que no solo deshace todos los avances que contemplaba el texto que ha estado en vigor los últimos seis meses, sino que resulta aún más restrictivo que el que se acordó hace dos décadas.

Y, a tenor de las declaraciones que ha realizado el PSN, la propuesta del alcalde Enrique Maya tiene visos de prosperar. La portavoz del PSN, Maite Esporrín, (que está manteniendo una línea de oposición bastante firme y tumbando junto con EH Bildu y Geroa Bai algunas de las iniciativas claves de NA+), en el tema idiomático cierra filas con el equipo del alcalde Maya.

Joseba Asiron denunció públicamente que la normativa propuesta por Navarra Suma (que Maya intentó tramitar de forma urgente, pero se logró frenar) contiene medidas dirigidas a marginar el idioma. En particular, el exalcalde criticaba que el conocimiento de lenguas foráneas se valore más que la propia en la contratación pública.