María D. Valderrama (Efe)
PARÍS

El Louvre de París celebra a Da Vinci con la mayor muestra de su pintura

Con una decena de pinturas, un centenar de dibujos y una muestra inédita de imágenes en infrarrojos, el museo Louvre de París desvela la obra pictórica de Leonardo Da Vinci en el 500 aniversario de su muerte y presume de haber superado un desafío mayúsculo reuniendo la mayoría de sus creaciones.

Tras diez años de trabajo científico y cinco de preparación logística, el Louvre muestra el resultado de la gran exposición, que culmina un año de festejos franco-italianos en honor al principal icono del Renacimiento.

«El objetivo de la exposición es mostrar que Da Vinci nunca abandonó la pintura y que, al contrario, con todas las múltiples ocupaciones que tuvo en su vida nunca la dejó de lado», sostuvo Vincent Delieuvin, comisario de la muestra junto a Louis Frank.

Con una veintena de sus escritos científicos, para no olvidar la importancia de la ciencia en su carrera, el Louvre insiste en recordar que incluso en sus estudios sobre vegetación o astronomía, el interés último de Da Vinci era siempre una mejor restitución de los conocimientos pictóricos.

De las apenas veinte pinturas que se conservan de él, el Louvre considera haber reunido prácticamente la totalidad de lo que se podía juntar, teniendo en cuenta que “La adoración de los magos” o el fresco de “La última cena” no pueden ser desplazados por su fragilidad.

El Louvre enseña también algunas obras de sus contemporáneos, tanto de su maestro como de sus aprendices, para defender que, pese a la singularidad, Da Vinci «no fue un extraterrestre», sino un hombre de su tiempo que escuchó, observó y finalmente perfeccionó lo que había aprendido.