Iñaki LEKUONA
Periodista
AZKEN PUNTUA

Reflejo

Aacto LIII, uno más 52 semanas después de que las calles y las rotondas del Hexágono se llenaran de chalecos reflectantes sábado tras sábado, primero en reacción al aumento del precio del combustible, luego, como denuncia del encarecimiento de la vida. Hace una semana, “Le Monde” hacía balance judicial de los siete primeros meses: diez mil detenciones, cerca de seis mil juicios, más de tres mil condenas de las que mil a penas de prisión. En el balance político, algunas reformas impositivas y un “Gran Debate Nacional” que nos obsequia Macron y con el que pretende tapar los once muertos, 24 tuertos, cinco mutilados y miles de contusionados que llevarán la cicatriz de la represión de por vida. Y para envolver su regalo, el presidente cuenta con papel de periódico amarillo, que es el color con el que mucha de la prensa francesa ha seguido este movimiento popular que, ciertamente, la extrema derecha ha intentado apropiarse

En cuanto a la otra prensa, se le rompe la cara de un pelotazo, como ocurrió ayer con un fotógrafo freelance. Tranquilidad, que ahí está el ministro Castaner para justificar cualquier exceso, que los que protestan «son delincuentes y brutos. E imbéciles. Porque se puede ser imbécil, delincuente y bruto». Eso le pasa por mirarse demasiado al espejo. Mejor haría si echara la vista a la ventana, desde donde vislumbraría el reflejo rabioso de la precariedad.