Iñaki LEKUONA
Periodista
AZKEN PUNTUA

Retiro

Trabajar más y mejor. Es el nuevo mantra macroniano y, al parecer, la única manera de que, eso sí tras al menos 43 años cotizados, uno pueda jubilarse como mínimo a los 65 con el 100% de una pensión que se calculará conforme a unos puntos cuyo valor no está fijado, sino que fluctuará a gusto del gobierno de turno. El Consejo de Ministros ha dado luz verde a una reforma de la jubilación que el Consejo de Estado acaba de desmontar, aduciendo que el proyecto de reforma contiene demasiadas zonas borrosas, como «proyectos financieros llenos de lagunas» o decisiones fundamentales que se tomarán por decreto, como el valor de los dichosos puntos sobre los que se calcularán los ingresos del merecido retiro. Da igual, el proyecto de ley seguirá adelante. El Elíseo no lo retirará a pesar del dictamen reprobatorio de la máxima autoridad de control del Estado, a pesar de la contestación duramente reprimida en las calles, a pesar de la masiva oposición social dibujada por las encuestas. Emmanuel Macron no es de los que se amilana, que por algo es un niño de papá. Y ante las acusaciones que se le amontonan responde que su Gobierno no es autoritario, «probad la dictadura y veréis», desafía. Y lo hace porque para él, el retiro ni es un paso atrás, ni un descanso tras un duro trabajo, sino un nuevo disparo. En este caso contra los derechos sociales, que son cada vez menos y peor.