Arnaitz GORRITI
BALONCESTO - KIROLBET BASKONIA

Mediocridad alarmante

Un Olympiacos que no hizo nada del otro mundo fue claramente superior al Baskonia en un día de mejores noticias que el partido.

OLYMPIACOS 80

KIROLBET BASKONIA 70

 

Mientras que la actualidad del Baskonia ardía, con la exitosa operación de Pierria Henry y el fichaje hasta final de temporada de Zoran Dragic, procedente del Ratiopharm Ulm, Kirolbet Baskonia se citaba en su cancha maldita, en el famoso pabellón de las dos mentiras, también conocido como el pabellón de La Paz y de la Amistad, una cancha en la que los gasteiztarras no saben lo que era ganar desde los playoffs del año 2007, entrada a la Final Four de Atenas.

Y por desgracia, seguirán un año más sin saber lo que es ganar en esa cancha. Porque en un ejercicio de mediocridad, los gasteiztaras fueron incapaces de superar a un Olympiacos que no precisó hacer un partido brillante para ganar con claridad.

Semaj Christon, aunque no saltó en el quinteto titular, debutó. Y sin que la actuación sde Sergi García fuera descollante –mejor en ataque que en defensa, y mejor en la primera mitad que en la segunda–, el recién fichado del Limoges, dando muestras de una falta evidente de acoplamiento, no mejoró el base balear. Pero sería terriblemente injusto culpar de nada al recién llegado, porque la mediocridad exhibida por el Baskonia más gris que se recuerda –tampoco es que hiciera un desastre de partido, ni se fue del mismo, pero la sensación fue como si se conformase perdiendo con dignidad y nada más– fue responsabilidad de quienes más tiempo llevan en el equipo.

No merece la pena cargar las tintas contra nadie, pero la defensa de los hombres altos de Kirolbet Baskonia fue casi hasta sospechosa. Rubit, titular en el puesto de ala-pívot en lugar de un ausente Printezis, le dio una paliza en términos deportivos a Shengelia, por muchos números que hiciera el capitán. Una defensa interior que adquiría tintes de novela gótica cuando al georgiano se le unía Micheal Eric. Los gasteiztarras replicaban en ataque, pero su defensa provocaba dolor. Hasta Spanoulis atacaba la incapacidad de Sergi García de pasar un bloqueo por muchas piernas que tenga: cuatro triples sin fallo para alcanzar los vestuarios con un 43-37 en el marcador. «Debemos mejorar la defensa en transición», arengaba Ivanovic. Pero lo cierto es que la propia defensa del ataque estático heleno fue insuficiente. Que la valoración final fuera 107-57, aunque solo sean números, lo dice todo.

Ganas sin esperanzas

Lo más desesperante del partido fue ver a un Baskonia casi entregado. A pesar de los triples que, tacita a tacita, anotaban Stauskas o Shields, con un 13 de 32 en tiros de dos y un 8 de 15 en tiros libres es difícil ganar ante un rival como Olympiacos.

Un Olympiacos que se limitó a no meter la pata, mientras que Rubit, Milutinov y Ellis se enseñoreaban en la pintura, al tiempo que Spanoulis podía lucirse ante su hinchada. Que el Top 8 está difícil para el Baskonia es evidente. Pero más difícil será si no ofrece una imagen mejor.