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Italia blinda el norte del país para frenar la propagación del Covid-19

Las autoridades italianas han blindado cinco regiones del norte del país para intentar frenar la propagación del coronavirus tras de la muerte ayer de una séptima persona. A pesar del riesgo, Bruselas advirtió de que el restablecimiento de controles fronterizos en el seno de la UE debe responder a condiciones estrictas. La OMS, preocupada por la expansión de la epidemia fuera de China, insistió en que aún no se trata de una pandemia, pero pidió estar preparados.

Siete personas han muerto ya por el nuevo coronavirus en el norte de Italia, según un balance de víctimas actualizado por las autoridades ayer y que eleva a más de 230 la cifra de contagios por el brote originado en la ciudad china de Wuhan. Es el país más afectado de Europa y el tercero con más casos registrados en el mundo tras Corea del Sur y China, lo que preocupa a sus vecinos, entre ellos el Estado francés, Suiza y Austria.

En China, donde se encuentran el epicentro de la epidemia y la mayoría de casos, se han producido ya 2.500 muertes y más de 77.000 contagios.

Los casos de coronavirus han aumentado de forma exponencial en Italia, pasando de seis a más de 200 en esa zona rica e industrializada del noroeste del país, sobre todo en Véneto y Lombardía –aunque también se han visto afectadas Emilia-Romagna, Piamonte y Trentino-Alto Adige–, lo que ha llevado a las autoridades a blindar en el norte las regiones más ricas y tomar medidas de emergencia, además de fijarse sanciones para quienes salgan de la «zona roja» establecida en once localidades, porque se sigue sin hallar al «paciente cero», el que abrió la cadena de contagios.

El Gobierno afirmó que Italia es un país seguro y que la situación está bajo control después de que varios países amenazaran con suspender el Tratado de Schengen a la vista de que el número de afectados crece de forma vertiginosa.

Bruselas pide prudencia

La Comisión Europea pidió ayer prudencia a los Veintisiete y que no cierren sus fronteras internas después de que Austria cerrara durante unas horas como medida de precaución una línea ferroviaria que le une a Italia. Bruselas instó a no caer en el pánico y a no tomar medidas excepcionales, como el restablecimiento de los controles fronterizos si no se dan ciertas condiciones y no hay criterios científicos que lo justifiquen, y recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no lo aconseja por ahora.

La decisión debe ser tomada por los estados miembros, estar «basada en la evaluación de riesgos fiable, tener pruebas científicas», ser «proporcionada» y ser «tomada de manera coordinada con los otros», dijo.

La OMS declaró la emergencia sanitaria internacional a finales de enero y solicitó a la comunidad internacional redoblar sus esfuerzos. Ayer reiteró ese llamamiento tras expresar su preocupación por el «repentino» aumento de casos fuera de China, sobre todo en Corea del Sur , Irán e Italia, aunque confirmó la disminución de contagios en el gigante asiático e insistió en que se cura en el 97% de los casos.

No obstante, aclaró que todavía no se puede hablar de pandemia al no existir una propagación descontrolada ni una alta mortalidad, aunque pidió estar preparados para esa eventualidad, al considerar que el virus tiene un potencial pandémico. Y fijó como prioridades proteger al personal sanitario, a las personas con mayor riesgo, principalmente ancianos y personas con problemas de salud y a los países más vulnerables.

En Nafarroa se descartaron los siete casos sospechosos igual que los dos detectados en Bizkaia. El ministro español de Sanidad, Salvador Illa, ha convocado hoy a una reunión de urgencia a los consejeros de Sanidad de las comunidades autonómicas para analizar medidas de prevención.

 

La crisis se dispara en un Irán aislado

Irán quedó ayer aislado al decidir sus vecinos cerrar las fronteras por miedo a la propagación del coronavirus que, según los datos oficiales, ha dejado ya doce muertos y un total de 64 casos confirmados, tras los 18 nuevos contagios en las últimas horas en Qom –foco de la infección–, Teherán, Isfahán, Markazí, Gilán y Hamedán, aunque la situación podría ser más crítica.

El balance fue puesto en duda por el diputado de Qom Ahmad Amirabadi que, además de acusar a las autoridades de mentir, denunció que el Covid-19 llegó hace tres semanas a esa ciudad –centro teológico de Irán a donde acuden miles de peregrinos y seminaristas de todo el mundo– donde han muerto al menos 50 personas, y consideró que se debería poner en cuarentena la urbe. Teherán negó esos datos, rechazó poner ciudades en cuarentena y defendió su transparencia.

Ante el temor a la propagación del virus, Turquía, Pakistán, Irak y Armenia cerraron –temporalmente, según Teherán– sus fronteras con Irán, mientras que otros países de la región como Kuwait, Omán, Jordania y Arabia Saudí tomaron medidas para impedir la llegada de personas procedentes de la República Islámica.

Además, adoptaron restricciones a los vuelos, influidos también por el hecho de que Barhein, Kuwait, Omán, Afganistán e Irak registraron en esta jornada sus primeros casos de coronavirus, todos ellos de nacionales que viajaron recientemente a Irán o de iraníes, lo que sugiere que en el país persa la situación estaría fuera de control.GARA