ingo NIEBEL
COLONIA

La crisis de la CDU pone en riesgo la Gran Coalición

Otra debacle electoral, en Hamburgo, profundiza la crisis de la Unión Demócrata Cristiana de la canciller, Angela Merkel, que se pelea ahora también con su socio, el Partido Socialdemócrata.

Las elecciones regionales del estado-ciudad de Hamburgo han subrayado de nuevo los problemas estratégicos que padece la Unión Demócrata Cristiana (CDU) empezando por el del liderazgo. En la ciudad portuaria ha visto diminuir su electorado del 47% de 2004 al 11% del domingo.

Siendo ahora la tercera fuerza política, se halla lejos de poder cogobernar con alguien. Su caída se debe a que no atrae al electorado de los menores de los 60 años y a que los jóvenes prefieren a los Verdes ecologistas.

Aparte de sus problemas en casa, a la CDU de Hamburgo le ha castigado también la crisis política e institucional que sus correligionarios han causado en Turingia.

Primero evitaron el tripartito del partido socialista Die Linke (La Izquierda) con el SPD y los Verdes, votando con la xenófoba Alternativa para Alemania (AfD) y al minúsculo Partido Liberaldemócrata (FDP) al candidato de este último –sin pacto de gobierno, por cierto–.

Luego, para salir del lío, han accedido a un acuerdo con el tripartito para que el ministro presidente de Die Linke, Bodo Ramelow, pueda gobernar en minoría y preparar elecciones anticipadas en 2021. Acto seguido, la ejecutiva nacional de la CDU ha montado en cólera, recordándoles que estaba prohibido cualquier colaboración con Die Linke o la AfD.

«Ya roza casi lo penoso como se comporta la CDU en Turinigia» sentenció el secretario general del SPD, Lars Klingbeil.

Ayer, la presidenta saliente de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK), le invitó a dejar la Gran Coalición con Merkel si no cesa en lo que llamó una «campaña sucia», y subrayó que la CDU federal mantiene una clara distancia hacia la AfD.

AKK añadió que su partido adelantaría la elección de su sucesor y quizás también candidato a canciller al 25 de abril. Por el momento, los sondeos nacionales dan el 27% de los votos a la CDU, siendo así la primera fuerza política. El SPD se recrea en el hecho de que haya vuelto a ser la primera fuerza en su feudo de Hamburgo. Sin embargo, primero obvia que el 39% obtenido el domingo supone una pérdida de 7 puntos. En segundo lugar, que el éxito se debe a su alcalde primero, Peter Tschentscher, y a Olaf Scholz, a la sazón vicecanciller y ministro de Hacienda de Merkel. Ambos forman parte del ala derecha del SPD, muy fuerte en Hamburgo, diametralmente opuesta a los dos copresidentes Norbert Walter-Borjans y Saskia Esken.

Además el resultado no refleja en absoluto la situación del SPD a nivel nacional, donde las encuestas le sitúan en el 14%. El SPD sigue en crisis. Los únicos que ven sintonizado el 24% logrado en Hamburgo con el 22% estipulado en toda la república son los Verdes. Han duplicado sus votos y se consolidan como segunda fuerza a nivel nacional. Seguirán gobernando el estado-ciudad con el SPD.

Die Linke ha conseguido convertir Hamburgo en uno de sus pocos puertos seguros en el oeste alemán. Subiendo del 0,6% al 9,1% ha mejorado el resultado de hace un lustro.

«Nazis fuera» fue el grito que se escuchó al cierre de los colegios electorales cuando el pronóstico situaba a la AfD fuera del hemiciclo. Al final pudo superar el límite del 5% evitando así la primera debacle electoral. Achaca su pérdida de 0,8 puntos a las informaciones que relacionan su racismo con la reciente masacre de Hanau que ha dejado diez víctimas mortales.

Con su victimismo quiere tapar los problemas internos de su comité regional. De todos modos, la AfD quiere moderar su discurso ya que pierde fuelle a nivel nacional, disputándose el tercer puesto con el SPD.

El FDP pasa un mal momento. Podría quedarse fuera del hemiciclo si el recuento confirma que en un distrito le han contabilizado votos que son para los Verdes. De todos modos, su resultado es la factura por haber colaborado con la AfD, no solo en Turinigia, sino también en Hamburgo. Su presidente federal, Christian Lindner, aún se salva del embrollo, que él mismo ha causado, porque a corto plazo no hay quien le sustituya.