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CIUDAD DEL CABO

El Gobierno de Sudáfrica apuesta por los recortes para salir de la crisis

Tras dos años en el poder, el presidente Cyril Ramaphosa –sindicalista en tiempos del apartheid y luego convertido en gran figura de la industria– ha optado por la senda del rigor presupuestario. Una apuesta con un fuerte riesgo político en un país que no levanta el vuelo.

El ministro de Finanzas, Tito Mboweni, presentó ayer ante el Parlamento sudafricano un proyecto presupuestario riguroso, especialmente para los agentes del Estado, para el próximo año fiscal, en un contexto en el que la economía nacional está al borde del precipicio financiero.

Durante su discurso en la Cámara, Mboweni anunció una reducción de 261.000 millones de rands (15.800 millones de euros) en el gasto público.

Los empleados del Estado serán los primeros afectados, ya que su masa salarial, que representa más de un tercio (35%) del presupuesto público, será recortada en 160.000 millones de rands (9.700 millones de euros) en tres años, lo que supone una bajada del 9%. «Vamos a presentar una nueva ley para poner fin a los salarios excesivos en la función pública (...) hay mucha limpieza por hacer», señaló en declaraciones a la prensa.

Por su parte, los sindicatos de la función pública, en negociaciones salariales con el Gobierno, amenazaron el pasado martes con ir a la huelga.

Como recogió AFP, el analista Daniel Silke saludó, en su cuenta de Twitter, «un presupuesto creíble aunque políticamente arriesgado (...) que causará tensiones con los sindicatos pero que es necesario para la restauración de la estabilidad fiscal».

De todas formas, el ministro indicó que el Estado seguirá acudiendo en ayuda de las empresas públicas que atraviesan grandes dificultades, destinando 60.000 millones de rands (3.600 millones de euros) solo para Eskom (electricidad) y South African Airways (SAA).

Cortes de electricidad

El Gobierno hará «todo lo que sea necesario» para garantizar un suministro de energía estable, prometió Mboweni. Debido a la mala gestión y la falta de inversiones, Eskom ha multiplicado durante los últimos meses los cortes de energía, lo que ha afectado en gran medida a la actividad de las empresas.

En ausencia de subidas de impuestos, el déficit presupuestario del país podría alcanzar en este ejercicio su nivel más alto en los últimos dieciocho años, un 6,8% del producto interno bruto (PIB), según cifras del Departamento del Tesoro.

Hace años ya que el país más industrializado del continente africano parece estar atrapado en una crisis que se manifesta en un crecimiento débil, el deterioro de las finanzas públicas, un desempleo masivo (30%) y, más recientemente, los comentados apagones eléctricos.

La semana pasada, el presidente, Cyril Ramaphosa, reconoció sin ambages la gravedad de la situación que vive el país.