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PEKÍN

Por primera vez desde 1990, China no fija una meta de crecimiento

El impacto económico del covid-19 y la incertidumbre sobre su evolución a corto plazo han provocado que China decida, por primera vez desde 1990, no marcarse una meta de crecimiento económico para el año en curso. En la inauguración de la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), celebrada ayer, el primer ministro, Li Keqiang, aseguró que esta decisión se debe a la «gran incertidumbre» a nivel mundial a causa del virus.

Por primera vez desde 1990, China ha renunciado a fijarse una meta de crecimiento económico anual como consecuencia de los estragos causados por la pandemia del coronavirus.

«El principal motivo por el que no hemos planteado una meta concreta es que el desarrollo de nuestro país puede verse afectado por factores difícilmente previsibles derivados de la gran incertidumbre sobre la situación mundial del covid-19, de la economía y del comercio», explicó el primer ministro chino, Li Keqiang, en la inauguración de la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular, en la que todos los años el Gobierno hace públicos los objetivos económicos del país para el año en curso. Días atrás, analistas encuestados por el rotativo oficial “Global Times” pronosticaron que a pesar de la pandemia el Estado fijaría una meta de crecimiento en torno al 3%, una cifra bastante optimista frente a las previsiones del Fondo Monetario Internacional y las del Banco Mundial, que situaban la meta china en un 1,2% y en un 2,3%, respectivamente. En 2019, el avance había sido del 6.1%.

Cualquiera de estas opciones habría supuesto el peor desempeño anual de la economía china desde 1976, por lo que el Ejecutivo parece haber optado finalmente por no arriesgarse, máxime cuando la recuperación está siendo tímida después de que el PIB sufriese entre enero y marzo su peor contracción en más de cuatro décadas (-6,8 %).

Li exhortó a las Administraciones regionales a «suprimir las restricciones excesivas al empleo, establecer todas las medidas necesarias para fomentar el empleo y utilizar todos los medios necesarios para incrementar los puestos de trabajo». No obstante, más que mejorar las cifras de desempleo, parece que lo que busca Pekín es detener la sangría de puestos de trabajo, ya que el objetivo para este año será mantenerlo en torno al 6% actual y crear 9 millones de empleos (brutos, no netos).

Advirtió de que el covid-19 causará una «grave recesión de la economía mundial», así como una contracción de las inversiones y el comercio internacional.

Alertó de la bajada del consumo, las inversiones y las exportaciones, así como de los mayores riesgos financieros y de las dificultades por las que atraviesan las compañías.

Hong Kong y Taiwán, temas centrales de la Asamblea

En el discurso más breve ante la ANP, el primer ministro, Li Keqiang, instó a «combatir y frenar resueltamente las actividades secesionistas» en Taiwán y a «aplicar integral y acertadamente las directrices del modelo de ‘un país, dos sistemas’», así como a «completar los sistemas jurídicos y los mecanismos ejecutivos» relativos a la «salvaguarda de la seguridad nacional» en Hong Kong, que se ha convertido en uno de los temas centrales de la Asamblea, ya que los delegados aprobarán con toda probabilidad una ley de seguridad para el territorio, que está ya desatando protestas y críticas en amplios sectores. El presidente del Comité Permanente de la ANP, Wang Chen, explicó ayer que la nueva ley pretende prohibir «cualquier acto de traición, secesión, sedición, subversión» contra Pekín. La oposición política hongkonesa llamó a movilizarse contra esta ley.GARA