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PEKÍN

China acusa a EEUU de querer una Guerra Fría entre ambos países

China y EEUU están «al borde de una nueva Guerra Fría», advirtió ayer el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, quien lamentó el aumento de la tensión entre ambos países debido a la pandemia de la covid-19. «Además de la devastación causada por el nuevo coronavirus, un virus político se propaga en Estados Unidos», denunció.

China lanzó ayer un aviso contundente poco habitual en la diplomacia «tranquila» de la potencia asiática: Estados Unidos está llevando la relación entre ambos países al borde de una nueva Guerra Fría.

«Además de la devastación causada por el nuevo coronavirus, un virus político se propaga en Estados Unidos», alertó el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi.

Se trataba de la principal comparecencia anual ante los medios del jefe de la diplomacia china, pero en esta ocasión fue virtual a través de la tecnología 5G china combinada con inteligencia artificial. El canciller apareció en una inmensa pantalla de alta definición que presidía el estrado de la sala donde se sentaron los periodistas.

Con la crisis del coronavirus, «algunas fuerzas políticas de Estados Unidos están tomando como rehén las relaciones entre China y EEUU, empujando a nuestros dos países al borde de una nueva Guerra Fría», resaltó.

«La diferencia entre China y algunos políticos de Estados Unidos es tan amplia como la que hay entre los hechos y las mentiras, entre la ciencia y el prejuicio», remarcó.

Durante semanas, la Administración Trump ha acusado a Pekín de haber retrasado la comunicación de datos cruciales sobre la epidemia, que apareció a fines de 2019 en la ciudad de Wuhan (centro) y de haber facilitado su propagación.

Trump, que se postula para la reelección en noviembre, ha planteado la posibilidad de pedirle a Pekín que pague miles de millones de dólares en reparaciones. Ambos países ya estuvieron en desacuerdo durante dos años con la guerra comercial iniciada por la Administración Trump, que penaliza el comercio internacional. Pero la nueva pandemia del coronavirus ha elevado la tensión entre los dos poderes hasta el punto de que el inquilino de la Casa Blanca ha amenazado con cortar «todas las relaciones» con China.

El miércoles, subió de tono en su retórica al criticar la «incompetencia» de Pekín, según él, responsable de un «asesinato en masa mundial».

Wang pidió a Washington que «deje de perder el tiempo y de desperdiciar vidas preciosas». «La covid-19 es el enemigo común de China y EEUU», subrayó. Recordó que su país ha enviado más de 11.000 millones de mascarillas al Tío Sam, de un total de 56,8 mil millones exportados a todo el mundo.

Afirmó que los dos países «pierden con la confrontación» y «ganan con la cooperación» por lo que deben encontrar «un modo de convivir pacíficamente, pese a las diferencias entre sus sistemas y culturas», ya que ambos tienen «grandes responsabilidades» en el mantenimiento de la paz mundial.

«Hay cosas más importantes que hacer entre Estados Unidos y China, lo primero, aprender el uno del otro, compartir la experiencia y ayudarse mutuamente para vencer al virus», agregó.

Aseguró que China está «abierta» a una cooperación internacional para identificar el origen del letal virus. Esta cooperación debe ser «profesional, justa y constructiva y sin injerencia política», añadió.

Washington dice que sospecha que el Instituto de Virología de Wuhan podría haber dejado escapar al virus de uno de sus laboratorios. En una entrevista transmitida el sábado por la noche en televisión, el director del Instituto lo negó, aunque reconoció que su establecimiento tenía tres cepas vivas de coronavirus de murciélago, pero no la que causó la covid-19.

 

Cañones de agua en las calles de Hong Kong

La conferencia de prensa de Wang Yi coincidió con el retorno de las protestas a Hong Kong, donde los ánimos se han exacerbado por la ley de seguridad estatal que Pekín anunció que incluirá en la Asamblea Nacional Popular (ANP) para su aprobación antes de que concluya el próximo jueves. Miles de ciudadanos se manifestaron ayer en las calles de Hong Kong para protestar contra esa ley, que el movimiento prodemocrático hongkonés considera contraria a las libertades del antiguo enclave y acabaría con el vigente modelo de «un país, dos sistemas». La Policía empleó cañones de agua y gases lacrimógenos contra los manifestantes. En algunos momentos se vieron banderas de Estados Unidos y se escucharon gritos a favor de la independencia de Hong Kong.

La prevista legislación prohibirá «cualquier acto de traición, secesión, sedición, subversión» contra Pekín, además del «robo de secretos de Estado y la organización de actividades en Hong Kong por parte de organizaciones políticas extranjeras».GARA