Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Modestamente feliz

La semana pasada, Zazpika publicó una entrevista a Francisco Letamendia «Ortzi» en la que el escritor analizaba la política y la sociedad actual con una visión crítica y realista.

La entrevista me supo a poco y me llamó la atención el titular, no por ser un titular escueto, sino porque encerraba una de las ideas más atractivas que existen. Al igual que Aristóteles, él cree que «la política debe de buscar la felicidad» porque si no es así «se convierte en algo infernal». Entonces pensé en las veces que ambas palabras, felicidad y política, se cruzan y se pasan por alto la una a la otra, sin llegar a unirse en una práctica que haría la vida más llevadera.

Hace días escuché a una psicóloga decir que después del confinamiento había llegado la «hora de las emociones»; de todas las emociones que se han removido en nuestro interior a la búsqueda de un lugar donde quedarse para ser reconocidas, sentidas y quizás hasta escritas. Puede que la felicidad, grande, pequeña o a cuenta gotas sea una de ellas.

Lo digo porque el 23 cumplió años un amigo y el jueves nos reunimos en su terraza para celebrarlo. Tal vez fue el color del atardecer, la proximidad de la amistad, de la conversación… No lo sé. Al volver a casa sentí la ligera sensación de haber sido modestamente feliz, como si hubiera infringido todas las leyes de la «infernal» política capitalista.