Raimundo Fitero
DE REOJO

Verde caqui

Atentos a la escalada verde. Federico García Lorca si no hubiera sido asesinado por los abuelos de los actuales fascistas que tanto cacarean por los platós, hubiera cumplido ciento veintidós años el pasado viernes. La figura de este poeta granadino se ha manipulado y sintetizado convirtiéndolo en un icono pop, pero nadie va a dudar de su calidad literaria, como poeta, como dramaturgo, y hoy que estamos en una asfixiante escalada verde picoleto casi caqui, con informes doctrinarios cargados de mentiras, que espían, que desobedecen, que crean tensión y violencia para encausar a unos jóvenes en Alsasua o que violan en camada, que parecen vivir en un estado de excepción propio, con leyes en sus cuartelillos donde el terror es un himno. De tal manera que la ministra de Defensa ha tenido que salir a decir que no hay ruidos de sables y que la Benemérita está en el orden constitucional, declaración que nos coloca en estado de alerta democrática.

Diga lo que diga Margarita, lo cierto es que tenemos guardia civiles por todos los puntos cardinales de la información, la policía patriótica más repugnante y más consentida que sirve de manera clara a las derechas más fascistoides, las sospechas de toda índole y como guinda, un programa de televisión de Telecinco, de nombre “Supervivientes” es ganado por un fornido, guapísimo y simpático miembro de la institución armada. El combo completo. Ni un cabo suelto.

Por eso viene a la cabeza un poema del “Romancero Gitano” de Lorca, aquel que repite varias veces, verde, que te quiero verde…, largo es en su desarrollo dramático, tenso, de una magnífica estructura y que casi al final dice: «Guardia civiles borrachos/en la puerta golpeaban». Esos golpes en las puertas de madrugada forman parte de un terror institucional que no se borra con campañas de publicidad.