Beñat ZALDUA
CRISIS DEL COVID-19

EN BUSCA DE TEST MÁS RÁPIDOS Y SENCILLOS ANTE EL CORONAVIRUS

Los centros tecnológicos vascos Tekniker y Gaiker trabajan en la creación de un kit de detección del coronavirus con una técnica alternativa a la PCR. Tienen por delante meses de trabajo, pero aspiran a desarrollar un kit portátil, más rápido y más sensible.

La carrera de la vacuna centra la mirada que la sociedad dedica a la comunidad científica, a la que pide, de forma un tanto impertinente, celeridad a la hora de buscar un remedio para el coronavirus. Aunque todo indica que la vacuna podría llegar en tiempo récord, en el mejor de los casos faltan unos cuantos meses para que esté entre nosotros. Y después estará por ver cómo, dónde, cuánto y a cuánto se puede producir.

Mientras tanto, toca convivir con el coronavirus, sus probables rebrotes y sus posibles mutaciones. Ante esta realidad, la investigación científica no centra sus esfuerzos únicamente en la vacuna; prueba también fármacos que suavicen la enfermedad, así como nuevas formas de anticiparse al coronavirus, detectándolo más fácilmente. En este campo trabajan conjuntamente varios investigadores de los centros tecnológicos Tekniker y Gaiker, que confían en desarrollar un kit portátil que permita identificar a los positivos de forma más rápida y sencilla.

Una técnica alternativa

Los pasos a seguir son similares a los de la RT-PCR, pero la técnica empleada es diferente. Es decir, toman una muestra naseofaríngea para buscar el ARN del virus, la presencia misma del patógeno, y no los anticuerpos que genera nuestro organismo. Esto permite, de entrada una detección más rápida que con los test de anticuerpos, aunque no saben todavía concretar en qué momento de la infección serán capaces de detectar los positivos. Es uno de los grandes retos que plantea el SARS-CoV-2, ya que las PCR necesitan unos días para conseguir una alta fiabilidad. En los primeros días de infección, la cantidad de falsos negativos es alta.

Santos Merino, investigador de la unidad de química de superficies y nanotecnología en Tekniker, explica los siguientes pasos. Igual que en la PCR, el ARN del virus se convierte en ADN, y luego se amplifica para encontrar los rastros del virus. En la RT-PCR, esto son dos pasos diferentes, pero con la técnica LAMP que emplean, «se puede hacer de forma simultánea», explica Merino. No es la única ventaja de esta técnica de cuyo desarrollo se encarga Gaiker. También permite realizar el proceso a una misma temperatura, sin necesidad de aplicar ciclos de diferentes temperaturas, lo cual requiere una infraestructura más sofisticada, aunque la técnica no sea muy complicada.

Amplificado el ADN, toca buscar en él los rastros del coronavirus. En la PCR se hace mediante la fluorescencia, es decir, aplicando luz sobre la muestra. En Tekniker –esta es su parte– lo hacen mediante impulsos electroquímicos a través de un pequeño potencioestato. Se aplica un voltaje a la muestra y se mide su intensidad para determinar si hay virus o no. Según explica Merino, «es una técnica más sensible» que permite «detectar la presencia de una bacteria o un virus con una cantidad de muestras inferior».

Las características de estas dos técnicas combinadas, en las que ambos centros trabajan desde 2016 para detectar otros patógenos como la legionela, la listeria y el hongo aspergillus, permiten reunir todos los elementos requeridos en pequeños kits portátiles que permitirían hacer test en cualquier lugar, sin necesidad de llevar la muestra a un laboratorio, sin un técnico que la procese, y de una forma más rápida, ya que los resultados podrían obtenerse en una hora –frente a las cuatro horas de una PCR–. Y a un precio esperan que muy parecido.

Si todo parecen ser ventajas, ¿por qué no existe ya este kit? Porque tanto la investigación científica como el desarrollo de sus aplicaciones prácticas necesitan su tiempo. Debería ser una de las grandes lecciones de la presente pandemia. Merino explica que, aunque ya tenían el desarrollo básico avanzado gracias a los trabajos con otros patógenos, no prevén tener acabado el desarrollo hasta otoño de 2021. Las PCR seguirán siendo, por tanto, la herramienta más útil para detectar precozmente el SARS-CoV-2 al menos durante los próximos meses. «Ojalá para cuando lo tengamos no haga falta, pero por desgracia no parece que vaya a ser así», explica un Merino que, en cualquier caso, añade que el desarrollo actual podrá servir para «estar preparados ante cualquier otra posible emergencia con un virus parecido».