Enfrentamientos de los guardias fronterizos paquistaníes con decenas de personas que intentaban viajar a Afganistán para celebrar la fiesta musulmana de Eid al-Adha provocaron el pasado jueves la muerte de varias personas en un incidente en el que, según Pakistán, también las fuerzas afganas atacaron a civiles.

Kabul e Islamabad ofrecieron diferentes versiones, acusándose mutuamente de ser los únicos responsables del incidente que tuvo lugar en el lado paquistaní del puesto fronterizo de Chaman-Spin Boldak, en la provincia de Kandahar, en el oeste del país.

En concreto, funcionarios afganos acusaron a Pakistán de disparar proyectiles contra los civiles, matando a 15 personas.

Fiesta musulmana

Alrededor de 150 personas acudieron al puesto fronterizo el jueves, que se abrió momentáneamente, la mayoría con la esperanza de visitar a familiares en Afganistán para celebrar la fiesta musulmana. Al volver a cerrarse, según la versión de las autoridades locales paquistaníes, la multitud se enfureció y comenzó a arrojar piedras a los soldados, que también lanzaron piedras matando a cinco manifestantes.

Según Kabul, al menos nueve civiles murieron y otros 50 resultaron heridos «como resultado de bombardeos y fuego esporádico por parte de las fuerzas fronterizas paquistaníes». La gobernación local elevó a 15 la cifra de fallecidos.

El Ministerio de Exteriores paquistaní acusó a las tropas afganas de «abrir fuego sin provocación contra civiles inocentes (y sobre) las tropas paquistaníes», mientras las fuerzas paquistaníes «actuaron solo en defensa propia».