Raimundo Fitero
DE REOJO

Así funciona

Ante la salida de vacaciones, el estigma de la subida del pan y del combustible tras la máscara del calor agosteño, va y el Tribunal Supremo español, ese que desprende ese tufo tardofranquista que tanto inspira a los delincuentes habituales de la banda de Casado y sus antecedentes, decide ahora, presionado por el Tribunal de Estrasburgo que sentenció que los cinco políticos del denominado caso Bateragune no habían tenido un juicio justo, anular su propia sentencia, es decir que los años de maco que se comieron Otegi, Díez Usabiaga, Zabaleta, Jacinto y Rodríguez, fueron una decisión de represión política pura, ratificada en Europa y en la propia caverna judicial española. 

La prensa cómplice de estos atropellos no sabe dónde meterse sin ensuciarse más con la mierda que sale del culo del TS. Los fieles vividores del chorreante flujo de ese entramado jurídico, político y mediático ya deben estar entrenándose para cuando los mismos tribunales europeos decidan que lo que están haciendo a los catalanes del Procés, es de la misma ignominia antidemocrática. Ellos, los jueces y sus auspiciadores lo saben, pero no les importa este ridículo. Inspirados por la venganza, quieren causar el máximo dolor posible, hacer sufrir con sus decisiones de tribunales excepcionales, con sentencias cargadas de ideología reaccionaria. Ahora revocan el tercer grado a los catalanes porque no han abandonado sus ideales políticos. La Inquisición con chorreras y tableta digital.  

Los años de talego no se devuelven, es como la virginidad, lo único que se puede hacer es emprender acciones, por un lado, para una compensación económica y por otro, para demostrar que son prevaricadores obsesivos, que juzgan con sus credos y métodos franquistas en la cartera. Así funciona. Y lo saben todos los que ahora miran para otro lado.