GARA
CATÁSTROFE EN BEIRUT

MACRON SIRVE DE ALTAVOZ PARA PROTESTAS QUE VIENEN DE ATRÁS

ES DIFÍCIL COMPRENDER LA VISITA DE UN PRESIDENTE EXTRANJERO A UNA ZONA DE OTRO PAÍS DEVASTADA POR UNA CATÁSTROFE CUANDO NO HAN PASADO NI 48 HORAS SI NO SE SABE QUE EL «PROTECTORADO» FRANCÉS EN LÍBANO SE PROLONGÓ DESDE 1920 HASTA 1943. ENTENDER LA SITUACIÓN POLÍTICA INTERNA ES MUCHO MÁS DIFÍCIL.

«Aidez-nous! Révolution! (¡Ayúdenos! ¡Revolución!)», gritaba, en francés, la multitud arremolinada en torno a Emmanuel Macron durante su visita al distrito cristiano de Gemmayzeh, muy afectado por la tremenda explosión registrada la tarde del martes en un almacén del puerto, que ha dejado al menos 137 muertos y más de 5.000 heridos. También se escucharon gritos contra el presidente... libanés (no el francés), Michel Aoun, que representa a la comunidad cristiana maronita en el complicado reparto del poder institucional en Líbano. «La gente quiere la caída del régimen», comentaban los allí congregados.

Así comenzaba una de las crónicas que envió ayer desde Beirut la agencia francesa AFP. Y con este ambiente de fondo, el propio Macron endureció el tono de su mensaje hacia los líderes libaneses, exhortándoles a «cambiar el sistema» y luchar contra la corrupción.

Y es que el desastre ocurrido el martes –que ha dejado sin hogar a cientos de miles de personas– se ha producido en mitad de una profunda crisis económica y social, cuando casi la mitad de los habitantes del País de los Cedros vive en la pobreza.

«El Líbano no está solo» había tuiteado Macron, en árabe y en francés, a su llegada a Beirut, donde fue recibido, precisamente, por Aoun. Luego visitó el puerto, donde se produjo la explosión de 2.700 toneladas de nitrato de amonio, y Gemmayzeh, donde estrechó las manos de algunas personas y abrazó a una joven.

Reuniones y promesas

Dirigiéndose a uno de los ciudadanos que seguían su cortejo dijo lo siguiente: «Amigo mío, hoy estoy aquí, les voy a proponer (a los dirigentes libaneses) un nuevo pacto político esta tarde y volveré el 1 de setiembre y, si ellos no saben cumplirlos (los compromisos), asumiré mis responsabilidades hacia ustedes».

A continuación, Macron se dirigió al palacio presidencial de Baabda, donde volvió a encontrarse con su homólogo libanés, en esta ocasión en compañía del primer ministro, Hassan Diad (musulmán sunnita), y del jefe del Parlamento, Nabih Berri (musulmán chií). Y luego se reunió con los representantes de los principales partidos políticos, incluido Hizbulah, y figuras de la sociedad civil en la residencia de los Pinos, sede de la Embajada francesa que también fue cuartel general de las tropas galas durante la Guerra Civil libanesa (1975-1990).

En la posterior rueda de prensa televisada, Macron dijo que él no puede asumir la responsabilidad del «Gobierno soberano elegido» de Líbano, si bien ayudará a «construir un nuevo pacto nacional con el pueblo libanés en las próximas semanas». También prometió que París organizará una conferencia internacional en apoyo al Líbano.

Solo queda por saber si habrá cambios de fondo, revolución o simples componendas políticas.