Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Con un resquicio de optimismo

No sé cómo calificar las declaraciones de la consejera de Sanidad, Nekane Murga, sobre la situación de los rebrotes de coronavirus en la CAV. En especial cuando, con tono grave y refiriéndose al proceso que pudiera tener el contagio en algunas personas, sentenció: «…algunos ingresarán en la UCI y fallecerán». Un conocido periodista se preguntaba en twitter si esa afirmación era procedente en una rueda de prensa. Pienso que no. Me pareció que lo dijo con una especie de fatalismo autoritario, un sentido trágico muy unamuniano de la situación que restaba responsabilidad al departamento que ella dirige y la trasladaba, casi exclusivamente, al destino o al «irreflexivo» comportamiento de la ciudadanía. Aunque sea sin nombrarla, referirse tan abiertamente y con tan poca empatía al desenlace fatal de la muerte, lo entendí como una llamada a despertar el miedo de una población que está viviendo el verano más extraño de su existencia. Lo que sí resultó improcedente es no concretar qué medidas va activar su gobierno para impedir que regresen los tristes días del confinamiento. En este agosto de las «no fiestas», los «no festivales», los «no abrazos», la «no cultura» y del «sí rotundo» a permitir que la vida sea la de siempre solo cuando a Lakua le conviene, al menos que no amenacen con el miedo y nos dejen soñar con un resquicio de optimismo.