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Identifican un patrón de síntomas a largo plazo en los pacientes recuperados

Investigadores de la Universidad de Leeds han identificado un patrón de síntomas a largo plazo que probablemente experimenten las personas que hayan sido hospitalizadas con covid-19. Incluyen fatiga, falta de aliento, angustia psicológica (incluyendo problemas de concentración y memoria) y un declive general en la calidad de vida. Algunos pacientes analizados, en particular los que han estado en cuidados intensivos, tenían síntomas asociados con casos de trastorno de estrés postraumático (TEPT).

«El covid-19 es una nueva enfermedad y tenemos muy poca información sobre los problemas a largo plazo en los individuos después de ser dados de alta del hospital. La evidencia es que para algunos, el camino a la recuperación puede llevar meses y es vital que la rehabilitación especializada esté a mano para apoyarlos», explica Manoj Sivan, líder de la investigación publicada en “Journal of Medical Virology”, de la que ayer se hico eco Europa Press.

El síntoma más frecuente, según este estudio, es la fatiga. Más del 60% de las personas que habían sido tratadas en planta informaron de fatiga, y un tercio de ellos la describieron como moderada o severa. Entre los pacientes que habían estado en la UCI, el 72% tuvo fatiga, y más de la mitad explicó que era moderada o severa.

El segundo síntoma más común ha sido la falta de aliento. Las personas estudiadas dijeron que tenían sensaciones de falta de aliento que no habían tenido antes de contraer el covid-19. Este hecho ha sido mayor en el grupo que ha estado en cuidados intensivos, frente a los que han sido tratados en planta: 65,6% frente a 42,6%.

El tercer síntoma más prevalente fue el neuropsicológico. La investigación ha hallado que casi una cuarta parte de las personas que han estado en planta y poco menos de la mitad de las personas que han pasado por la UCI muestran algunos de los síntomas del TEPT.

En términos generales, más de dos tercios (68,8%) de los pacientes del grupo de cuidados intensivos y poco menos de la mitad (45,6%) del otro grupo han explicado que su calidad de vida se ha deteriorado.