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Llamamientos en Lesbos para exigir la expulsión de los refugiados

Los residentes en Lesbos estaban llamados ayer a manifestarse para exigir la expulsión de los refugiados de esta isla griega, en la que miles de solicitantes de asilo seguían a la intemperie siete días después de la destrucción del campamento de Moria. El ingreso en el nuevo campo es una cuestión innegociable para el Gobierno.

Desde que la semana pasada el campamento de refugiados de Moria quedó completamente arrasado por el fuego, en torno a 12.000 personas siguen durmiendo a la intemperie, sobre el asfalto caliente, mientras las autoridades les presionan para que ingresen en el nuevo campo temporal de Kará Tepé. Por el momento solo lo han hecho cerca de un millar de personas, pese a que el Gobierno conservador de Kyriakos Mitsotakis insiste en que «la entrada de solicitantes de asilo en el nuevo campo no es negociable». Los refugiados mantienen que prefieren estar en la calle que encerrados.

Mientras las autoridades griegas distribuyen un documento en inglés, francés, farsi, urdu y árabe a los miles de refugiados y migrantes que se han quedado sin techo para alentarlos a ir a las nuevas instalaciones, donde «estarás completamente a salvo», se suceden los llamamientos a manifestarse para exigir su expulsión de la isla.

Los incidentes entre solicitantes de asilo y residentes, incluidos seguidores de la extrema derecha, han sido frecuentes en Lesbos desde el año pasado, y muchos isleños se oponen a que se mantenga allí a los refugiados.

El prefecto del Egeo del Norte, Kostas Mountzouris, uno de los más firmes opositores al plan del Gobierno de establecer un campamento cerrado en la isla, pidió a empresarios y profesionales que se reunieran ayer por la tarde para exigir la «normalización» de la situación y el «alejamiento de los migrantes de la isla a bordo de barcos».

Desde hace varios meses, el Ejecutivo griego planeaba establecer un centro cerrado en Lesbos para descongestionar el campamento de Moria, donde se hacinaban 12.000 personas. Destruido este, Mitsotakis confirmó que pronto se reconstruirá un campamento y solicitó una implicación más activa de la Unión Europea.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, de visita ayer en Lesbos, se declaró «conmovido» por la situación dramática generada tras la destrucción del campo de refugiados de Moria y pidió una «respuesta justa, fuerte y eficaz» ante el «desafío de la migración» que es, dijo, «un reto común europeo».

El vicecomisario europeo Margaritis Schinas ya dijo estar «abierto a la idea» de la participación de la UE en la gestión del futuro campamento. Y la Comisión Europea adelantó al 23 de setiembre la presentación de su esperado proyecto de reforma de la política de migración.

Alemania, al frente

Por el momento, ha sido nuevamente Alemania el primer socio comunitario en dar un paso al frente, como ya hizo durante el punto álgido de la crisis migratoria de 2015.

El ministro de Finanzas y vicecanciller alemán, Olaf Scholz, anunció que el país recibirá a 1.553 refugiados procedentes de Grecia, tras el acuerdo logrado entre la canciller, Angela Merkel, y el titular de Interior, Horst Seehofer, después de que ayer mismo llegaran a Alemania 109 menores desde Moria. Las 1.553 personas que se sumarán a estos 109 menores son miembros de 408 familias con niños reconocidas como refugiados.

Se trata de un segundo paso en la acogida de refugiados procedentes de Grecia, después de que Seehofer dijese el viernes que Alemania estaba dispuesta a recibir a 150 menores no acompañados de un total de 400 que deberán repartirse entre distintos países europeos.

En una tercera fase se podría acoger más refugiados, si se llega a acuerdos al respecto con otros Estados europeos.

En total se calcula que Alemania recibirá a 2.750 personas procedentes de las islas griegas.

Un nuevo naufragio frente a Libia deja una veintena de desaparecidos

Al menos dos personas murieron y otras 22 están desaparecidas tras naufragar el bote de goma con el que pretendían cruzar el Mediterráneo desde Libia a Europa, informó la OIM. Cerca de la isla griega de Creta, en un segundo naufragio causado por los fuertes vientos murieron tres personas, dos de ellas menores. 45 personas que viajaban en el bote que naufragó frente a Libia fueron interceptadas por la Guardia Costera libia y devueltas al país pese a no ser un puerto seguro.

Unas horas antes, la OIM reveló que en la última semana 454 personas habían sido interceptadas en alta mar por la Guardia Costera libia y devueltas a ese país. Todas fueron arrestadas al desembarcar y trasladadas a centros de detención gestionados por milicias armadas, que, según organizaciones internacionales, tienen lazos con las mafias de traficantes y no respetan las condiciones mínimas de seguridad e higiene pese a recibir ayudas europeas.

El proyecto Missing Migrants, vinculado a la ONU, advirtió, por su parte, de que el número de ahogados y desaparecidos será seguramente mayor ya que existen «embarcaciones fantasma» precarias que salen de Libia sin que puedan ser rastreadas. Según esta fuente, en la última semana, 84 personas lograron llegar a Italia, 178 murieron y 222 desaparecieron en la ruta del Mediterráneo Central. De acuerdo con este organismo, 8.435 migrantes –entre ellos, 450 menores– han sido interceptados en alta mar este año y devueltos «en caliente» a Libia, frente a los 9.225 de 2019.GARA