Dabid LAZKANOITURBURU

La izquierda amarra la Toscana y frena el avance que esperaba Salvini

La izquierda italiana consiguió amarrar la «roja» Toscana, al igual que hizo hace meses en la Emilia Romaña, frente a una extrema derecha que esperaba asestar un golpe al Gobierno de Giuseppe Conte en las elecciones regionales. Los candidatos del PD vencieron también en Apulia y Campania y limitaron el avance de la derecha.

Los resultados en Toscana y en Apulia en las elecciones regionales celebradas el domingo y confirmaron el triunfo de los candidatos del Partido Demócrata (PD, postcomunista), contra las esperanzas que la extrema derecha mantenía en los primeros sondeos que reflejaban un empate técnico.

En Toscana, desde 1970 un histórico fortín de la izquierda, el socialdemócrata Eugenio Giani, candidato impulsado por el alcalde de Florencia y exprimer ministro Matteo Renzi (Italia Viva), en coalición con el PD –no así el Movimiento 5 Estrellas (MS5), que presentó su propia candidatura– obtuvo cerca del 48% de los votos, mientras que la candidata de la derecha e impulsada por la xenófoba Liga de Matteo Salvini, Susanna Ceccardi, se quedaba en torno al 40%.

Giani celebró la sede de su campaña en Florencia una victoria mucho más holgada de la que le daban los sondeos y que hacía respirar aliviados al Gobierno de Giussepe Conte, y sobre todo a su aliado del PD, Nicola Zingaretti.

La izquierda amarra así la Toscana como hizo hace meses en la región de Emilia Romaña.

No obstante, las circunstancias no eran las mismas. Ceccardi, alcaldesa de Cacina (44.000 habitantes, cerca de Pisa) apuntaba como una candidata experta y de peso que disputa la popularidad de un Matteo Salvini en declive. Europarlamentaria desde el año pasado, televisiva –repartiendo spray pimienta entre las mujeres para evitar agresiones sexuales– Ceccardi encarna la ofensiva de la derecha en la Toscana, donde ya administra media docena de ciudades, entre ellas la propia Pisa y la histórica Siena.

La izquierda lleva administrando la región desde 1970, es decir, desde que existen las elecciones regionales, sin interrupción: con el PCI-PSI hasta 1992, luego con varias coaliciones lideradas primero por el Partido Demócrata de Izquierda (PDS) y ahora por el PD. En 2010 ganó el candidato del PD Enrico Rossi con casi el 60 % y en 2015 con casi el 50 %, superando al candidato de centroderecha por más de 30 puntos, pero en los últimos años la situación para el centroizquierda ha empeorado y ahora seis capitales son administradas por la derecha (Arezzo, Pisa, Siena, Grosseto, Pistoia y Massa). En las europeas de mayo de 2019 el PD toscano se confirmó como el primer partido, pero por solo 30.000 votos en comparación con la Liga de Salvini. El resultado del domingo fortalece a Zingaretti en el partido y al PD en el Gobierno de coalición con el M5S, que no apoyaron a sus candidatos.

El PD se impuso también en Campania y Apulia. En esta última, el actual presidente de la región, Michele Emiliano, llegaba a un 48% de los votos y el de la derecha, el ultraderechista Raffaele Fitto (Fratelli d'Italia, postfascista) se quedaba en un3 8% según las primeras proyecciones. Esta vez ni los grillini del M5S ni Italia Viva, de Renzi, apoyaban a Emiliano.

El centroizquierda conserva Campania con el actual presidente, Vincenzo De Luca, que según los primeros datos ganaba ampliamente con el 64,9% de los votos, mientras que el candidato del centroderecha, Stefano Caldoro, no pasaba del 20 %.

Finalmente, Francesco Acquaroli (también de Fratelli d'Italia), quien en 2019 participó en una cena nostálgica de Mussolini, arrebataba por primera vez y con claridad la región de Las Marcas a la izquierda.

Veneto y Liguria seguirán en manos de la derecha y la primera apuntala al médico y liguista Luca Zaia por su gestión de la pandemia. Victoria aviso para Salvini, que ve cómo la derecha refuerza su poder regional pero al que le crecen los enanos. En Véneto y con los «Fratelli».

 

«Sí» en el referéndum para la reducción de diputados y senadores

El «sí» al recorte de un tercio de los parlamentarios ganó el referéndum en Italia con el 69,4 % de los votos, según los primeros datos oficiales. El «no» se quedó en un 30,6, con una participación del 53,85%.

Más de 46,6 millones de italianos estaban llamados a las urnas en un referéndum en el que no hacía falta participación mínima para que el resultado sea vinculante.

Con la reforma, la Cámara de los Diputados pasará a tener –en la próxima legislatura y no en la actual– 400 miembros en lugar de los 630 actuales, mientras que en el Senado habrá 200 senadores, en lugar de los 315 actuales. No se requiere quórum de participación mínima, por lo que la reforma quedaría aprobada definitivamente si hay más «síes» que «noes».

La reforma ha sido defendida históricamente por el gubernamental Movimiento 5 Estrellas (M5S), que se ampara en la necesidad de reducir los costos de la política y una mayor eficiencia de las instituciones.

Con todo, lo del ahorro no estaba nada claro aunque el auge de la antipolítica garantizaba la victoria del «sí».

Eso sí, la alta proporción de rechazo apunta a un castigo plebiscitario a sus promotores, en todo caso mucho menor que el que hizo dimitir al entonces primer ministro, Mateo Renzi, en su referéndum constitucional en 2016. D.L.