Iñaki Lekuona
Periodista
AZKEN PUNTUA

Palabras

Tras el apuñalamiento de un estudiante por un compañero de clase en un liceo de Seine-Saint-Denis, el lingüista Alain Bentolila ha escrito que la escasez de vocabulario incita a los jóvenes a recurrir a la violencia en lugar de a las palabras. Más que una metáfora, es una metonimia, una parte por el todo, porque la escasez de léxico no es el problema. Este fin de semana, la comisaría de Campigny-sur-Marne ha sido atacada por una cuarentena de personas armadas con morteros caseros y cohetes pirotécnicos, en una imagen que recuerda a una de las secuencias del filme ‘‘Les Miserables’’, una crónica cruda de la cotidianidad de los barrios degradados de las grandes ciudades del Hexágono que sin embargo no muestra la verdadera realidad de las banlieues, que es «diez veces más cruel» en palabras de su realizador, Ladj Ly. No opina igual el ministro de Interior, Gérard Darmanin, quien resume todo el problema en la expresión «asalvajamiento de la sociedad», término hiperbólico acuñado por la extrema derecha en su recurrente propagación del miedo y la inseguridad. No habla ni él ni nadie de su gobierno de las otras violencias, las que con su política de escasez de recursos en educación y cultura condenan a esos barrios a la miseria y a las lenguas que no sean el francés a permanecer mudas. Es la Francia de los Derechos Humanos la que falta a su palabra, es esa Francia sin léxico la que apuñala.